El pasado 27 de septiembre se inauguraba en la Casa-hermandad de Ntra. Sra. de Valme la exposición
"Valme, la fe de un pueblo: El Santo rey" dedicada a la figura de Fernando III el Santo con motivo de la culminación de los trabajos de conservación-restauración efectuados sobre la imagen que conserva dicha hermandad nazarena.
La muestra, abierta hasta el viernes 14, expone en lugar principal, esta escultura intervenida por GESTIONARTE acompañada de una serie de paneles explicativos y piezas procedentes de diversas hermandades y parroquias no sólo de Dos Hermandas, sino también de otros puntos de la Archidiócesis sevillana.
TRATAMIENTO DE CONSERVACIÓN-RESTAURACIÓN
Sobre el deplorable estado de conservación de la imagen ya publicamos en este
blog de gestionarte una entrada al inicio de los trabajos (para leer la entrada dedicada a la imagen
pincha aquí) en el mes de mayo pasado.
Como criterio general, propusimos una intervención de índole conservativa que no enmascarase la historia material de la obra, pero siendo sensibles, tanto a su concepción original como a que el resultado final debía de contar con unos requisitos estéticos irrenunciables, como imagen destinada a la veneración de los fieles en un espacio sacro.
Una vez realizados los trabajos previos pertinentes (documentación previa, fijación de los levantamientos de policromía con riesgo de pérdida…) así como los estudios técnicos (radiografías, luz ultravioleta…) se abordó en primer lugar la limpieza general de la policromía de la imagen, retirando barnices, repintes y otras adiciones no originales que estaban enmascarando la realidad de la obra. Esta eliminación de aplicaciones superpuestas permitió acceder y estudiar directamente los problemas existentes en el soporte de madera que, en muchos casos, sólo han requerido sustituir los ineficaces rellenos de yeso aplicados en trabajos anteriores por finas chirlatas de madera de cedro canadiense (seleccionado por su buena respuesta a los movimientos de contracción-dilatación de la madera) y/o resina epoxídica que, en este caso, sí está testada su estabilidad e idoneidad para este tipo de trabajos.
Continuando con la descripción de los trabajos efectuados sobre el soporte de madera, se consolidaron debidamente las uniones de los brazos, manos y peana, además de otras piezas de menor relevancia procediendo, en primer lugar, a su desmontaje, eliminación de restos de cola y suciedad, retirada de tornillería industrial y clavos de forja para, seguidamente, proceder de nuevo a su correcto ensamblaje, encolado e inclusión de espigas de madera. Destacar, en este asunto, la ejecución de una nueva peana (la cual conserva la pieza original superior que representa el suelo alicatado) y su correcto ensamblaje al volumen general de la escultura que incluye, además, un nuevo sistema de anclaje para procesionar en acero inoxidable. También en este material están realizados los nuevos elementos de sujeción de los atributos iconográficos que permiten una mejor colocación del orbe, espada y corona.
Culminada la consolidación estructural de la imagen, se procedió a la restauración estética, esto es, a la reintegración volumétrica y cromática de todo el conjunto, devolviendo el color a las zonas intervenidas y/o aquellas que habían perdido la policromía original, mediante el relleno de lagunas con estuco y su posterior reintegración cromática por medio de un sistema inocuo, reversible e identificable a corta distancia, tal y como se establece en las Cartas Internacionales sobre conservación y restauración. Como última fase, se procedió a aplicar un barniz de protección y al ajuste final del color mediante la reintegración con pigmentos al barniz sobre la superficie reintegrada de la obra.
Por su interés incluimos los paneles explicativos de la exposición en cuya elaboración también hemos trabajado: