Al igual que llevamos a cabo en las pasadas elecciones generales del mes de Noviembre, iniciamos una serie de entradas en nuestro blog de gestionarte para el análisis de las propuestas que, con motivo de la campaña electoral, nos presentan los partidos mayoritarios. Nos ceñimos a los que tienen posibilidad de gobernar o influir en el gobierno, tras el 25 de Marzo en Andalucía. Como herramienta de trabajo, los programas electorales colgados en las respectivas páginas web de cada organización.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, desde el punto de vista
de la cultura, son las elecciones más importantes del ciclo que estamos
viviendo en los últimos meses (municipales, generales y autonómicas) ya
que las competencias en materia de cultura están transferidas a las
comunidades autónomas y, por lo tanto, son éstas las que de una manera
directa afectan a las instituciones culturales, la educación, las
politicas de promoción cultural, etc. Dependen también la gestión de los
museos y la promoción turística, el control y protección patrimonial y,
sobre todo, el diseño y financiación de la programación prevista
anualmente por la consejería de Cultura. Evidentemente, todo ello con una influencia directa de la administración central.
En el caso particular de Andalucía, nos enfrentamos a una situación en la que no ha existido otro modelo cultural que no haya sido el diseñado por el PSOE (con sus muchos aciertos, pero también con grandes errores...). Treinta años después, no podemos hablar de un modelo depurado y con un rodaje pulido ya que, a tenor de los movimientos ideológicos y políticos, económicos o sociales, se hace de la cultura, un arma arrojadiza o una bandera ideológica -según se tercie-, abandonando, si es preciso, el verdadero sentido de la administración cultural. Frente a esto, las posibilidades claras de gobierno del PP, nos ponen a las puertas de un posible cambio de rumbo en la gestión y organización de la administración, sobre todo, en lo conscerniente a la gestión de los recursos, en línea con el resto de áreas y en consonancia a la difícil situación económica. Sin embargo, habrá que comprobar si proyecto y realidad -en el caso de ganar- son la misma cosa, y no caen en los mismos errores del partido socialista.
Al igual que apuntamos en las elecciones generales, lo que verdaderamente nos tiene que preocupar, no es ya cómo se va a resolver la política cultural en los próximos meses (sin un duro y con la lacra del paro azotando a Andalucía), sino qué y cómo entienden los partidos la política cultural y qué van a hacer para llevarla a cabo, puesto que hasta 2016, hay tiempo para la recuperación económica y son muchas las cosas que quedan por hacer.
Ya habrá tiempo a lo largo de estas dos semanas, de analizar las diferentes propuestas pero tomen buena nota de una cuestión que está levantando ampollas desde hace tiempo entre los profesionales del sector en la ciudad de la giralda: salga quien salga, parece que el epicentro cultural va a estar - o va a seguir- en Málaga. ¿Porqué?¿Compensación? ¿Para tí los ingresos de la capitalidad y para mí los del turismo?
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