No es la primera vez que nos pronunciamos sobre el tema, si bien, el inicio de los trabajos sobre el Retablo Mayor, viene de nuevo a corroborar el acertado modelo de gestión de la Catedral de Sevilla. Un modelo que fue apuesta del Cabildo Catedral (responsables de su cuidado), hace más de veinte años, y trabajo diario de mejora y superación de los responsables técnicos del mismo. A la cabeza del área patrimonial, D. Alfonso Jiménez Martín - Arquitecto y Maestro Mayor de Fábrica de la Catedral de Sevilla- y Dña. Teresa Laguna Paúl - Historiadora del Arte y Documentalista- que fueron además galardonados con el Premio Nacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en el año 2002 por "la labor que con gran dedicación y ejemplar apoyo del Cabildo
llevan a cabo para la conservación y restauración de este singular
monumento y sus colecciones".
Pues bien, después de comprobar la viabilidad de este sistema integrado de gestión de visitas, conservación y recursos para los fines de la Iglesia (no olvidemos que en los presupuestos de la Catedral también hay partidas para Cáritas Diocesana, construcción de nuevos templos...) ¿para cuando un sistema de gestión similar para toda la diócesis? El éxito de la Catedral radica en la reinversión continuada de los ingresos generados por la visita cultural que, a su vez, generan nuevas apuestas patrimoniales explotables. La última de gran éxito: la visita a la cubiertas. Estos ingresos permiten, por ejemplo, restaurar en plena crisis económica el mayor retablo de la cristiandad que, por cierto, va a ser visitable una vez avancen los trabajos (¡¿Cuántos historiadores de todo el mundo van a venir a contemplar la obra de los Alemán, Balduque, Vazquez el Viejo...en una oportunidad irrepetible?!) Además, se ha creado un blog (http://www.cubiertasdelacatedral.es/conservacionretablomayor/) donde poder seguir los trabajos que se van desarrollando.
Evidentemente, cuando hablamos de un modelo para toda la diócesis, hablamos de un sistema selectivo de templos, museos o colecciones; las más importantes, por rutas, por importancia... todo ello coordinado desde una oficina central como ya se hace con la colección catedralicia y, desde hace unos años, parcialmente, con el Salvador.
La idea básica es convertir en recurso económico (es decir, en ingresos) lo que actualmente sólo genera problemas y gastos. Para ello, hay que llevar a cabo un trabajo profesional y serio, de la mano de especialistas del sector y con el compromiso por parte de todos los implicados (párrocos, hermandades, incluso ayuntamientos y diputación...) que hay que trabajar codo con codo por ese fin común que es conservar nuestro patrimonio religioso, generar ingresos del turismo para su conservación y, por consiguiente, generar muchos puestos de trabajo para que tantas y tantas familias que lo están pasando "regular" vuelvan de nuevo a tener un sustento digno (¿no es mejor dar la caña y enseñar a pescar que el pescado?).
Si empezamos por la capital, se podría hacer una selección de templos que por su importancia, colección artística y valor patrimonial asegurasen el éxito del programa. Incluso la unificación de algunas parroquias (El Salvador con San Isidoro ya se ha hecho, por ejemplo) y la reordenación de las celebraciones podría facilitar la musealización de alguno de los monumentos dedicando más el otro templo o capillas cercanas a la labor pastoral. Se trata -como dirían los políticos- de hacer un sistema "sostenible" y
no sólo eso, muy rentable a nivel económico, cultural, social y
pastoral, sobre todo teniendo en cuenta que nadie tiene el patrimonio que tenemos los sevillanos y los andaluces. En tiempos de crisis, esta reflexión es conveniente que se valore. Estos talentos no pueden seguir desaprovechándose por más tiempo.
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