Interesante muestra la que nos ofrece el Museo del Prado hasta el próximo 6 de enero en la galería norte de la planta baja del edificio Villanueva (junto a la sala 49). Presenta las imágenes, poco conocidas, de los reversos de
los trípticos y tablas flamencas de la primera pinacoteca española.
Las fotografías a tamaño real de los trípticos cerrados que custodia y
exhibe el Museo están acompañadas de cartelas informativas en las que
se incluye una imagen del tríptico abierto y la referencia a su
ubicación en las salas, para facilitar su localización dentro del edificio.
En esta ocasión, la pintura principal ha quedado relegada a un segundo plano, siendo sus reversos o "puertas" los que cobran protagonismo. Concretamente son reproducciones de nueve obras de
los fondos del Prado entre las que se encuentran Santiago el Mayor y santa Clara. Reverso de Los Desposorios de la Virgen de Robert Campin
, La Misa de san Gregorio. Puertas exteriores de La Adoración de los Magos o las correspondientes al Jardín de las Delicias de El Bosco o San Pedro y san Pablo. Puertas exteriores del Tríptico de los santos Juanes de Pierre Pourbus el Viejo, entre otros.
En los reversos de sus obras los
primeros primitivos flamencos -los van Eyck, Campin y Weyden- incorporan
"grisallas", pinturas monocromas, en tonos grises,
conseguidos mediante gradaciones de blanco y negro. Simulan esculturas
en piedra sin policromar con figuras en un marco arquitectónico -plano u
hornacina-, situadas con frecuencia sobre pedestales pintados.
El
empleo del óleo, que permite la traducción de las distintas materias,
favorece la ambigüedad y el ilusionismo al reforzar el aspecto vivo de
las figuras y el escultórico de las grisallas, como sucede en las obras
de Alincbrot, Campin, van der Stock y Provost.
El uso del color en
carnaciones, cabellos, fondos y algunos otros
objetos como en las esculturas policromadas las convierte en
"semigrisallas", como hizo Memling en algunas obras tempranas y durante
el siglo XVI algunos pintores de Brujas, fieles a la tradición, como
Pourbus. Singular es el caso de El Bosco: En El jardín de las delicias recurre a la grisalla para un tema del Génesis, en la Adoración de los Magos limita el color a los comitentes dentro del espacio sacro, mientras que en El carro de heno
triunfa el color, lo que no sucede con otros, como Coecke, que, pese a
aumentar su proporción, no renuncian a convertir sus figuras en
esculturas policromas.
Como es habitual, en la página web de la pinacoteca www.museodelprado.es
se incluye una amplia información de la muestra así como el completo
repertorio de las obras -en este caso anverso y reverso- en fotografías
de alta calidad.
Igualmente, durante los dos meses de la exposición, se ha organizado un programa de
actividades didácticas en el que se celebrarán visitas guiadas -que
partirán de un recorrido por el emplazamiento habitual de las pinturas
hasta llegar a la muestra donde podrán observar el reverso de las obras-
y una conferencia impartida por el comisario de la misma.
Fuente: Museo del Prado
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