Durante algunos meses, hemos tenido activa en nuestro blog de gestionarte una encuesta sobre la idoneidad del movimiento crowfounding para la financiación de restauraciones del patrimonio de la Iglesia. Ciertamente, las respuestas han sido dispares, sobre todo porque -a tenor de los resultados- es un medio todavía poco conocido, al menos en este entorno.
La financiación en masa (del inglés crowdfunding), también denominada cuestación popular, financiación colectiva, microfinanciación colectiva y micro mecenazgo es la cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos. Hay que decir de antemano que la financiación colectiva es algo que ha
estado presente siempre en la búsqueda de recursos para la restauración de este tipo de obras.
Incluso podríamos asegurar que actualmente -incluso con la crisis- es el
método más frecuente en lo que a financiación se refiere. Sin
embargo, la novedad que planteamos radica en la universalidad de los mecenas ya que, si
hasta ahora los donativos provenían de los feligreses y aquellos
donantes más cercanos (físicamente) al bien o al responsable de su
tutela, el crowfounding por internet permite que cualquier persona desde
cualquier punto del globo pueda aportar dinero a una causa u otra.
A pesar de que, como decimos, la cuestación popular ha sido siempre el método de obtención de recursos de las instituciones benéficas o sin ánimo de lucro, la financiación colectiva parece estar cada vez más presente y se muestra como una de las alternativas de futuro al sector de la cultura, ante la ausencia de ayudas públicas y subvenciones. Cada día aparecen nuevas plataformas de crowdfunding que permiten financiar toda clase de proyectos y empresas. Esta práctica filantrópica se está renovando gracias a la atención que ha recibido por parte de comerciantes y empresarios, ahora que las redes sociales, las comunidades online y las tecnologías de micropagos hacen que sea mucho más sencillo y seguro obtener las donaciones de un grupo de personas interesadas a un precio muy bajo. Y sin limitaciones geográficas ni temporales, gracias a la red.
A pesar de que, como decimos, la cuestación popular ha sido siempre el método de obtención de recursos de las instituciones benéficas o sin ánimo de lucro, la financiación colectiva parece estar cada vez más presente y se muestra como una de las alternativas de futuro al sector de la cultura, ante la ausencia de ayudas públicas y subvenciones. Cada día aparecen nuevas plataformas de crowdfunding que permiten financiar toda clase de proyectos y empresas. Esta práctica filantrópica se está renovando gracias a la atención que ha recibido por parte de comerciantes y empresarios, ahora que las redes sociales, las comunidades online y las tecnologías de micropagos hacen que sea mucho más sencillo y seguro obtener las donaciones de un grupo de personas interesadas a un precio muy bajo. Y sin limitaciones geográficas ni temporales, gracias a la red.
Tras el éxito de grandes plataformas de crowdfunding generalista, comenzaron a desarrollarse otras plataformas de ámbito especializado, por sectores industriales o áreas culturales, como la música, cine, investigación o educación, obteniéndose resultados de éxito en proyectos como la grabación de un disco, el montaje de una obra de teatro o la publicación de un libro, por no hablar de proyectos de otros campos, como la financiación de investigaciones o ensayos científicos de pequeño formato.
Las cuantías donadas las determina directamente el donante en cada caso y pueden ir desde 1€ hasta miles de euros. El donante a veces no recibe ni tan siquiera nada material (como mucho información sobre la evolución del proyecto o un pequeño obsequio) sin embargo obtiene la satisfacción de haber apoyado un proyecto que era de su interés. En otros casos, recibe uno o varios ejemplares de la obra financiada (por ejemplo un disco).
Las cuantías donadas las determina directamente el donante en cada caso y pueden ir desde 1€ hasta miles de euros. El donante a veces no recibe ni tan siquiera nada material (como mucho información sobre la evolución del proyecto o un pequeño obsequio) sin embargo obtiene la satisfacción de haber apoyado un proyecto que era de su interés. En otros casos, recibe uno o varios ejemplares de la obra financiada (por ejemplo un disco).
Pues bien con respecto a la encuesta que realizábamos, la pregunta concreta que se formulaba era:
¿Crees que el nuevo modelo de crowdfounding por internet tendrá éxito para restaurar el patrimonio de la Iglesia? Los resultados obtenidos son los siguientes:
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Atendiendo a estos resultados, la reflexión que hacemos es que todavía existe una gran parte de la población -casi la mitad de los encuestados- que no conoce o no está familiarizado con este tipo de prácticas (48%). Del resto, la opción mayoritaria es la que sí considera que puede ser una opción adecuada, siempre y cuando el proyecto reuna una serie de condicionantes de calidad y atractivo. Parece que podría ser adecuado para obras de unas determinadas características y siempre y cuando vaya acompañada la campaña de un trabajo considerable de difusión. También, la aprobación de las Leyes de Mecenazgo -prometidas tanto por el Ministerio de Cultura como por la consejería homónima andaluza- juega un papel fundamental en el fomento este tipo de iniciativas. |
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