Los trabajos,que han tenido una duración de cuatro meses, han tenido como objetivo paliar los daños que se estaban produciendo sobre la imagen tanto a nivel de soporte como en el estrato de policromía, el cual presentaba una alta degradación fruto de dos "restauraciones" acometidas en torno a los años veinte o treinta y en la década de los ochenta del pasado siglo, respectivamente.
La primera de ellas actuó en profundidad sobre la imagen. Tanto es así que la colocó sobre una nueva peana -la actual- y reforzó algunas zonas de la estructura lignaria, fundamentalmente la espalda. Sin embargo, la consecuencia mayor de dicha actuación fue la eliminación de la encarnadura original de la imagen -esto es, cara, manos y pies- y repolicromado posterior que es el que nos ha llegado hasta nuestros días. Sólo la oreja derecha conserva restos de original evidenciado por el craquelado que aún puede observarse.
La segunda de las intervenciones mencionadas tuvo lugar en torno a la década de los ochenta. Consistió simplemente en aplicar "purpurina" en todas las superficies doradas de los ropajes -algo que desgraciadamente se encuentra con frecuencia en este tipo de intervenciones- incluso también, sobre todo en la zona de la espalda, se añadieron unas "pseudovolutas" para mejorar la decoración existente.
En la peana, también se aplicaron "retoques" al óleo en color rojo que ocultaban el jaspeado original aplicado a la misma. Como es obvio,todos esos repintes han tenido que ser retirados por completo.
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Aplicación de repintes sobre policromía original del s.XVI |
Aplicación de repintes a modo de "volutas" sobre la policromía de los años veinte/treinta. |
Proceso de limpieza de la peana. De izquierda a derecha: Estado inicial, estado tras la eliminación del barniz alterado, estado final tras la eliminación de los repintes. |
Con independencia de lo ya expuesto, respecto al estado de conservación previo de la imagen puede consultarse la entrada correspondiente en nuestro blog de gestionarte (para leerla pincha aquí), que publicamos coincidiendo con el inicio de los trabajos, donde se ponían de manifiesto las patologías más importantes que presentaba la imagen. Entre ellas, la pérdida de alguno de sus dedos y la acumulación de polvo y suciedad en superficie junto con la ausencia de los atributos iconográficos adecuados.
ESTUDIO PREVIOS
"En esta muestra no encontramos policromía original. De hecho hay tres capas
de aparejo de preparación. La inferior es de polvo de roca dolomítica, rico en carbonato de
calcio y magnesio. La intermedia, que es la más voluminosa es de yeso. La superior es rica en
carbonato de calcio (calcita), aunque también se detectan pequeñas cantidades de magnesio y
silicio. Va emparejada con la policromía rosada más clara y abundante, formada por las capas
4 y 5. Es una policromía del último cuarto del siglo XIX o primer cuarto del siglo XX. La otra
policromía rosada, que aparece en la capa 7 es irregular y sólo aparece en algunos puntos,
directamente aplicada sobre el estuco de preparación. Contiene pigmentos que la ubican con
posterioridad a 1920. En la superficie encontramos un barniz de resina alquid con carga de
pigmentos blancos. La resina alquid es bastante insoluble, pero se reblandece con acetona y
disolventes similares".
La madera que compone la imagen es cedro y el resto de la vestimenta una policromía original del s.XVI tal y como se evidencia a simple vista.
En segundo lugar, la limpieza de la policromía se llevó a cabo realizando primeramente un test de limpieza en todas las zonas y colores existentes, determinando el disolvente, proporciones y sistema de limpieza para cada de los problemas/zonas a intervenir. Para el buen resultado de este proceso, se tuvo muy en cuenta la historia material de la imagen, adecuando la limpieza a la realidad existente, sin pretender que la imagen recuperase su "visión original" -algo imposible dadas las circunstancias- pero que tampoco acumulase aplicaciones innecesarias que alteran su correcta visión cromática y la belleza de los estofados del s. XVI, alterados en buena parte pero en otras totalmente conservados.
La consolidación estructural ha consistido, por un lado, en la eliminación de elementos metálicos y su sustitución por espigas de madera y, por otro, en el relleno de lagunas y colmado de fisuras y grietas por medio de la inclusión de pequeños trozos de madera -chirlatas- fijadas con Acetato de polivinilo y/o resina epoxídica. De igual forma se procedió para la reconstrucción de los volúmenes desaparecidos, especialmente los dedos de las manos y buena parte de la zona inferior del manto que había sido recompuesta a base de yeso modelado sobre puntillas.
Una vez completado el proceso en su fase de conservación y reposición del soporte de madera, se procedió a la reintegración volumétrica y cromática de todo el conjunto escultórico utilizando para ello un estuco de cola animal al que, tras su correspondiente lijado y enrasado, se aplicó color mediante acuarelas siguiendo un criterio de discernibilidad a corta distancia. Posterior al barnizado de protección, la reintegración se completó a base de pigmentos al barniz.
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Proceso de estucado |
Proceso de reintegración cromática |
Sin embargo, es obvio que la escultura representa a San Juan Evangelista por lo que se le ha repuesto, además del nimbo más adecuado a la tipología de la imagen y la cronología de su hechura, un cáliz o copa que, según la iconografía de los santos, es uno de los atributos que corresponden al discípulo amado.
Para terminar esta entrada exponemos algunas fotografías comparativas del proceso:
Fotografías de la zona de la peana y pies antes y después de la intervención |
La imagen de nuevo expuesta al culto en la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, en Sevilla. |
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