domingo, 20 de enero de 2019

Repuesta al culto la imagen de San Sebastián de Guillena

En la mañana de hoy 20 de enero, festividad de San Sebastián, se ha repuesto al culto la imagen que de dicho santo se venera en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Granada de Guillena (Sevilla) tras los trabajos de conservación-restauración efectuados por Benjamín Domínguez Gómez, director-responsable de la empresa GESTIONARTE servicios integrales aplicados a los bienes culturales. 

Como ya se expuso en este blog de gestionarte, la imagen  es una obra anónima fechable en el s.XVIII, profundamente restaurada y completada en 1949 por el escultor alcalareño Manuel Pineda Calderón, tras haber sufrido la mutilación de la cabeza y más daños materiales a raíz de los sucesos acaecidos durante la guerra civil española (ver entrada pinchando aquí)



Fotografía general de la imagen después y antes del proceso de restauración

Los trabajos se han centrado principalmente en el tratamiento del revestimiento polícromo fijando los numerosos levantamientos que presentaba para posteriormente proceder a la limpieza de la superficie pictórica y eliminación del barniz alterado. En relación al soporte de madera, se ha actuado exclusivamente para sustituir los sistemas de anclaje del nimbo y flechas (atributos iconográficos propios del santo) que con motivo de los trabajos la Hermandad ha procedido a sustituir. 






Finalmente se ha procedido a reintegrar volumétrica y cromáticamente aquellas lagunas que lo requerían, aplicándose, en último lugar, un barniz de protección.







San Sebastián nació en las Galias, en la localidad de Narbona, y según San Ambrosio, fue criado en Milán, donde era centurión de la primera cohorte en los tiempos del emperador Diocleciano. Denunciado porque exhortó a sus amigos Marcos y Marcelino a permanecer firmes en su fe, fue atado a un poste en el centro del campo de Marte por orden del emperador, y sirvió de diana viva a los arqueros que lo asaetearon. Pero no murió por ello. La viuda Irene, que quería levantar su cuerpo para darle sepultura, advirtió que aún respiraba, vendó sus heridas y le salvó la vida. Después de su curación reapareció ante Diocleciano para reprocharle su crueldad ante los cristianos. Entonces fue flagelado, se le dio muerte a palos en el circo y su cadáver fue arrojado a la cloaca Máxima. Posteriormente, San Sebastián se aparece a Santa Lucila mientras duerme para revelarle el sitio donde se encuentran sus restos, y le pide que le dé sepultura en las catacumbas. Las flechas, que habían sido el instrumento del suplicio y se convirtieron en su atributo, le valieron el patronazgo de numerosas corporaciones: arqueros y ballesteros; tapiceros; de los vendedores de hierro…

Su iconografía es extremadamente rica. Durante la Edad Media, el miedo a la peste y la devoción de las cofradías de arqueros multiplicaron sus imágenes. El Renacimiento lo adoptó porque su martirio era un cómodo pretexto para glorificar la belleza del cuerpo desnudo. Según predominara uno y otro designio, se lo ha representado de muy diferente manera: ya viejo y barbudo, ya con los rasgos de un efebo imberbe, a veces vestido, y otras desnudo. El tipo anciano y barbudo prevaleció hasta el siglo XV, y está justificado por la leyenda que hizo de san Sebastián un capitán de la guardia del emperador. A partir del siglo XV se impuso el tipo juvenil. 










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