jueves, 11 de junio de 2015

Comienza la restauración de la imagen de San José de la Hdad. de la Vera Cruz, en Sevilla

La Hermandad de la Vera Cruz de Sevilla ha encomendado al conservador-restaurador de bienes culturales Benjamín Domínguez Gómez la intervención de conservación y restauración de la imagen de "San José", que hasta el momento se exponía en la casa-hermandad pero que pertenece al retablo mayor de su capilla del Dulce Nombre de Jesús.

La imagen que nos ocupa es una escultura de bulto redondo ejecutada con una clara finalidad retablística, dada la composición meramente frontal que presenta. Representa al santo de pie, vestido con túnica y mantolín de color marrón. Su mano derecha se dispone para portar una vara de flores blancas, presentando la izquierda actitud de presentar la imagen del Niño Jesús, ambos elementos perdidos en la actualidad.

ORIGEN E HISTORIA MATERIAL: 

La capilla de donde procede la imagen fue levantada como iglesia conventual del cenobio del mismo nombre, fundado por la orden de RR. MM. Agustinas quienes se establecen en dicho recinto a partir de 1551. Será esta comunidad femenina la que encargue la ejecución del retablo de donde decimos que procede la imagen, que puede fecharse en la segunda mitad del s. XVII, adscribiéndose al taller de Cristóbal de Guadix. El templo mantuvo su uso primigenio por parte de la comunidad de religiosas hasta 1837, fecha de su exclaustración. Posteriormente, sería arrendado por un grupo de vecinos que lo mantuvo abierto al culto y definitivamente cerrado en 1868 por la Junta Revolucionaria. En el acta de incautación, donde dice dejarlo completo, se realiza una descripción del mismo por la que sabemos que, al menos, hasta el último tercio del s. XIX no se encontraba colocada la imagen en el mismo.

El 3 de Noviembre de 1869 se vende la iglesia a Dña. María del Amor Pérez de León para albergar a la cofradía del Stmo. Cristo del Amor. Por tal motivo, el retablo sufre una profunda transformación eliminándose toda la calle central para poder incluir a la imagen del crucificado de Juan de Mesa, la dolorosa y San Juan evangelista. Lo más probable es que la imagen fuese colocada en este momento en el ático del retablo. En 1905, la cofradía del Amor abandona el templo trasladándose a la Parroquia de San Pedro. A primeros de 1918 se hacen cargo de ella, arrendada por la familia Pérez de León, los PP. Dominicos quienes la ocupan hasta 1939 . En este período, se reforma -de nuevo-, la calle central del retablo manteniéndose así hasta finales de los años ochenta del pasado siglo donde la imagen de San José ocupaba la hornacina central del ático del retablo como atestiguan las fotografías conservadas. Posteriormente, también formarían parte de la comunidad usuaria del templo la O.N.C.E. y a partir de 1942 la actual propietaria de la misma, la Hermandad de la Vera Cruz.

No tenemos constancia de ninguna reparación documentada hasta la restauración general del retablo en los meses de verano de 1980  dirigida por el Conservador-Restaurador de Obras de Arte Juan Luis Coto Cobo. En el informe fechado el 12 de Septiembre del mismo año, se afirma haber restaurado la totalidad del retablo y las esculturas. 

Será en el año 1988 cuando aprovechando una nueva intervención sobre el retablo por parte del taller Isbylia se sustituya por un lienzo del artista hermano de la corporación D. Luis Rizo que representa “La Invención de la Cruz por Santa Elena”, pasando la imagen a los almacenes de la Hermandad. En 1990, con motivo de la inauguración de la nueva Casa-Hermandad, se decide exponerla en una hornacina del Salón de actos, donde ha permanecido hasta nuestros días. 


DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN: 

La escultura  presenta una compleja composición estructural, motivada por las diferentes técnicas escultóricas y materiales utilizadas para su ejecución. En un primer examen organoléptico hemos podido identificar terracota, madera, tela y estopa. Presenta una clara inclinación hacia adelante, lo que nos lleva a pensar en su ejecución “ex profeso” para el ático del retablo mayor de la Capilla del Dulce Nombre o, en su defecto, para cualquier otra hornacina o retablo en altura.


De forma general, la imagen se sustenta sobre una peana de madera de base cuadrangular. Ésta posee un refuerzo de madera fijado con puntillas de fabricación industrial. Sobre ella está anclada la estructura o “candelero” que le sirve de sustento, realizado también en madera, como lo están las manos y los pies que quedan fijadas a la misma. La cabeza, por su parte, está realizada en terracota, cubierta –a modo de cabellera- por tiras de estopa encoladas. Para los ropajes se ha utilizado una técnica de modelado por medio de telas encoladas que  conforman la totalidad de la misma, integrando el resto de los volúmenes escultóricos antes descritos. Se trata de una tela de arpillera, con una trama simple o tafetán, de amplia abertura.

Toda la imagen está policromada sobre preparación de yeso y cola, diferenciándose la técnica pictórica según los casos en relación al material de base y al efecto perseguido. En este caso, las encarnaduras, a pesar de poseer diferentes materiales de soporte, parece que comparten una misma técnica pictórica, pudiendo corresponder a una misma ejecución en el tiempo, coincidente con la ejecución definitiva de la imagen, esto es a finales del s. XIX. En el cuello, no obstante, y coicidiendo con la unión del busto de terracota y las vestiduras se evidencia un amplio repinte que ocupa prácticamente todo el cuello.

Con respecto a la peana y soporte de madera, la escultura presenta una inestabilidad manifiesta fruto del inadecuado o debilitado ensamblaje que la sustenta. La peana y su refuerzo presentan varias roturas y separaciones de ensambles que han sido resueltos mediante la inclusión de clavos. Las manos presentan un estado de conservación deplorable, habiendo perdido tres de las falanges de los dedos centrales de la mano derecha y el índice de la mano izquierda. Presumiblemente, la estructura que conformase el brazo izquierdo presentará una rotura dada la inestabilidad que presenta al haber querido modificar la postura del brazo inclinándolo hacia abajo. La falta más destacable es la de la imagen del Niño Jesús, ausente del brazo izquierdo, si bien no tenemos constancia de su existencia, al menos, desde 1946 .

La cabeza de terracota  presenta un agujero en la parte superior de la misma y varias roturas en la zona de la nuca, aunque parcialmente ocultas por las tiras de estopa encolada. El agujero podría ser el primigenio de sujeción de un nimbo.  Los elementos de soporte más deteriorados son, respectivamente, las telas encoladas y la estopa que conforma la cabellera por su fragilidad. 

Por su parte, las telas encoladas poseen una preparación de yeso y cola, con imprimación de color verde y bol para el dorado en oro fino que se reparte por toda la superficie de los ropajes, a modos de pequeños motivos decorativos, y por los bordes de los mismos. La parte posterior de la escultura no posee decoración polícroma, quedando cubierta la espalda con una base o color ocre uniforme. Presentan roturas, deformaciones, agujeros, desgarros y toda clase de alteraciones fruto de su incorrecta manipulación, inadecuado almacenaje y, sobre todo, la fragilidad del material constitutivo. En algunos puntos se observa la inclusión de una resina epoxi  (Araldit madera) que ha servido para el sellado de agujeros en época reciente (¿finales de los años ochenta?). De igual forma, las tiras que conforman el cabello de estopa encolada, presentan un deficiente estado de conservación habiéndose disgregado y perdido su modelado. 

PROPUESTA DE INTERVENCIÓN:


A pesar del deterioro evidente, las actuales técnicas de conservación-restauración permiten restituir material y estéticamente la obra para que pueda volver a cumplir la función para la que fue ejecutada, que no es otra que su exposición al culto. Además, resulta de sumo interés la puesta en valor de esta imagen en el entorno para el que, presumiblemente, fue ejecutada –el retablo mayor de la capilla del Dulce Nombre de Jesús- devolviendo a la imagen y al retablo, si no su lectura primigenia, si la más antigua de cuantas tenemos constancia y posibilidad de recuperación. 

Para ello, a nuestro juicio, es indispensable acometer la consolidación estructural de la pieza para frenar el deterioro que presenta y dotarla de la estabilidad necesaria,  así como acometer la limpieza de la superficie pictórica, devolviendo la lectura real a la misma. Con respecto a la reintegración de faltas y lagunas, su carácter devocional aconseja la reposición de los dedos y cuantas faltas se reparten por la superficie de la imagen. La restauración iconográfica de la imagen aconseja la ejecución de nuevos atributos iconográficos –nimbo y vara de flores- así como la reposición de la imagen del Niño Jesús, en el brazo izquierdo del santo. 

Con respecto a su ubicación, sería deseable que la imagen recuperase su primigenia función como parte integrante del retablo mayor, si bien su adaptación a éste debería efectuarse con las garantías –técnicas y estéticas- que exige el inmueble que lo alberga.

Como criterio general, planteamos una intervención de índole conservativa que no enmascare la historia material de la obra, pero siendo sensibles, a su vez,  al resultado final que debe de contar con unos mínimos requisitos estéticos como imagen destinada a la veneración de los fieles en un espacio sacro. 

Los trabajos, que acaban de iniciarse, una vez aprobada por la Comisión Diocesana de Patrimonio Cultural y recibida la pertinente autorización comprenderá las siguientes fases o tratamientos:

Estudios previos:

- Estudio técnico de la intervención 
- Fotografía luz natural, rasante y ultravioleta
- Estudio Radiológico mediante T.A.C. y Radiografía convencional.
- Caracterización de materiales

Tratamiento:

- Eliminación de polvo y suciedad 
- Protección y fijación de la capa pictórica 
- Consolidación estructural completa (madera, terracota y telas encoladas)
- Sustitución de la peana
- Reposición de faltas y pérdidas
- Limpieza química y mecánica del barniz y suciedad superficial
- Limpieza química y mecánica de los repintes
- Reintegración volumétrica de las lagunas existentes 
- Reintegración cromática de las lagunas existentes
- Barnizado de protección final
- Reposición de la imagen del Niño Jesús
- Reposición y correcta colocación de elementos iconográficos (nimbo, vara y potencias para el Niño Jesús)

Los trabajos se prolongarán a lo largo de cinco meses en paralelo a las obras que de forma inminente darán comienzo en la sede de la citada cofradía sevillana.    

2 comentarios:

  1. soy estudiante de diseño y dibujo, quisiera si pueden mandarme un folleto completo de esta restauración al siguiente correo bekawija@gmail.com . espero contar con ustedes, gracias... desde colombia william

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  2. Tiene toda la información en las diferentes entradas de nuestro blog. Gracias por interesarse por nuestros trabajos. Saludos.

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