Carmona es una ciudad que atesora una gran riqueza patrimonial. Desde la Necrópolis hasta los restos de su muralla -con las puertas de Sevilla y Córdoba como mejor exponente-, Carmona incluye entre sus monumentos más significativos numerosas iglesias. Y entre ellas destaca por su importancia, tamaño y esplendor la Prioral de Santa María.
En su interior, encontramos en una capilla justo a la izquierda de la puerta de entrada habitual (en la misma nave donde recibe culto la patrona, la Virgen de Gracia), un pequeño retablo que se denomina del "Cristo de los Martirios". Esta obra, está atribuida -con bastante fundamento- al escultor Roque de Balduque, que trabajó en Sevilla a mediados del s.XVI.
No existe una monografía de importancia sobre este autor (que bien la merece) que tan importante fue para la escultura hispalense del renacimiento, pues introdujo un lenguaje naturalista y dramático tanto en la imaginería pasionista como en sus numerosísimas imágenes de la Madre de Dios.Su llegada a Sevilla parece estar relacionada -como la de tantos otros- con su participación en la construcción del retablo mayor de la Catedral, donde participa en varias escenas de los laterales junto con Juan Bautista Vázquez "el Viejo".
Todo el retablo es en sí una muestra del quehacer del taller de este insigne escultor, puesto que junto a la imagen principal y las que componen con él el calvario (Virgen y San Juan) se suman varios relieves con escenas de la pasión que cada uno de ellos bien merecería su propia consideración. A pedar de que la arquitectura posee una repolicromía fruto del gusto neoclásico, por lo que se puede ver desde el exterior de la capilla, no parece haber sido moficada sustancialmente aunque, eso sí, el deterioro que presenta, bien merecería una intervención.
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