Cuando hemos conocido la noticia de la más que probable cesión de San Hermenegildo al Consejo de Cofradías de Sevilla, nos viene a la cabeza recurrentemente, la idea de un expacio expositivo sobre la Semana Santa, que no existe en la ciudad donde, a buen seguro, más importancia tiene la Semana de Pasión en el mundo. Años atrás, la idea de un "Centro de Interpretación de la Semana Santa", ubicado junto al Puente de Triana, rondaba por la mente de algunos políticos, sin que ese proyecto llegase a realizarse, entre otras cosas, porque las cofradías -a pesar de los pesares- son de los pocos colectivos que tienen muy claros sus fines, mantenidos a lo largo de siglos de historia, no permeables por los laicistas. Y es que ese proyecto, presumiblemente, no iba a reflejar la verdadera identidad -religiosa, se quiera o no se quiera, además de artística, cultural, social y todo lo demás-, de la Semana Mayor.
Pues bien, la realidad es que en Sevilla, ni existe Museo de la Semana Santa (como en tantas ciudades), ni siquiera un expacio o sala donde poder organizar exposiciones con dignidad. La sede de la antigua "Caja San Fernando" en la Plaza de San Francisco, fue tradicionalmente un recinto muy adecuado y preparado para ese cometido (recuérdese la muestra "Los Tesoros" en el 1992, por poner un ejemplo). Últimamente, el Círculo Mercantil e Industrial, en sus instalaciones de la calle Sierpes, está organizando exposiciones de temática cofradiera, poniendo muchísima ilusión y muchas horas de trabajo para sacar adelante proyectos muy dignos, pero carentes de un discurso museográfico profesional, entre otras cosas, porque la sede no lo permite. Y sin embargo, muchísimas hermandades ya han pasado por sus salas, entre otras cosas, porque no hay otro sitio donde organizar muestras de nada.
La antigua iglesia del colegio de San Hermenegildo -que perteneció a la Compañía de Jesús hasta su expulsión en 1767- podría venir a cubrir la necesidad de ese espacio expositivo para las cofradías. Más que creando un museo permanente - que ya tuvo un antecedente no muy agraciado a mediados del s.XX- organizando muestras concretas, siguiendo una programación anual organizada, donde las Hermandades y otros colectivos afines puedan llevar a cabo actividades de esta índole o de cualquier otra, encaminadas a cumplir los fines de las Hermandades. Incluso si se cobra la entrada (a no residentes y simbólica para los residentes), podría autofinanciarse e incluso, recaudar fondos para actividades benéficas, como para el Economato del Casco Antiguo, por ejemplo.O para las Hermandades Sacramentales o de Gloria, que poseen un riquísimo patrimonio artístico y necesitan fondos para conservarlo. Y por supuesto para las de Penitencia, motor incuestionable de la institución.
Además-apuntan algunos-, su cercanía con la Campana, convertiría este templo desacralizado, en un recinto de gran utilidad cuando la lluvia hiciera su aparición en los días de la Semana Mayor. La idea está en la mente de todos.Ahora hay que llevarla a cabo. Y bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario