lunes, 21 de mayo de 2012

Santa Catalina, ¿cuándo?

El pasado viernes, un buen grupo de personas se dieron cita ante la Parroquia de Santa Catalina de Sevilla  para reivindicar la reanuadación de los trabajos de rehabilitación que le permitan reabrirse al culto y disfrute tras ocho años cerrado por obras.

A pesar de que la recuperación de las cubiertas de esta iglesia sevillana se llevó a cabo en noviembre de 2009, todavía restan muchas actuaciones para la rehabilitación integral del edificio prevista y necesaria. Sólo de esa primera fase,  el Ayuntamiento tenía que aportar 705.000 euros y 403.650 euros la Junta de Andalucía. El primero aún debe 270.000 euros -y ha de correr con los costes de redacción del proyecto-, y la segunda, 90.000 euros. Junto a estas cantidades, las aportadas por su propietario, la Archidiócesis de Sevilla.

Actualmente, con la crisis económica que vivimos, han salido a la luz voces discordantes con la financación por parte de las administraciones públicas de edificios de titularidad privada, pero muy especialmente los de culto de la Iglesia Católica, exigiendo por parte de algunos políticos la cesión parcial del uso o del edificio para compensar las aportaciones de dichas administraciones.

No es la primera vez que se suscita este debate ni que se intervienen elementos patrimoniales de primer orden, si bien es verdad, que la particularidad, los usos, y los agentes que intervienen en cada uno de ellos pueden generar un retraso "inexplicable" a la hora de la abordar los asuntos de financiación y organización de las obras. Se hace patente -en este caso como en otros- la ausencia de un verdadero "responsable", "motor" o "coordinador" que ponga de acuerdo a las partes y que -como en cualquier proyecto- no permita "atascos" en los procedimientos o en los hitos problemáticos, más si son de índole económica.

Hay que recordar, que el templo está declarado Bien de Interés Cultural  (BIC) desde 1912, cuando se declaró monumento por su importancia e historia desde que fuera construido en el siglo XIV, sobre las ruinas de una mezquita anterior, conservando parte del mihrab y alminar en su torre.

Si bien es de estilo gótico-mudéjar, ha sido sometido a varias renovaciones arquitectónicas y reformas a lo largo de los años. Las obras de restauración integral (1923-1930) dirigidas por el arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia, culminaron con la instalación a los pies del templo de una fachada gótica procedente de la clausurada iglesia de Santa Lucía (siglo XIV). En el exterior resaltan los restos de un primitivo ábside. En el interior, la iglesia presenta tres naves y cubierta de madera, de estilo mudéjar.  Alberga magníficas obras de arte como el Retablo Mayor, realizado por Diego López Bueno entre los años 1624-1629 (aunque reformado posteriormente) o  la Capilla Sacramental, de estilo barroco, obra de Leonardo de Figueroa en 172.
 
El Ayuntamiento ha anunciado que ha comprometido al Arzobispado la asignación de un millón de euros en una fórmula y secuencia aún por concretar para la elaboración del proyecto técnico de intervención, algo inicialmente anunciado para el primer montante, y las obras de restauración integral del monumento. El Arzobispado también se ha comprometido con la financiación. Lo que reclama ahora el Ayuntamiento es un compromiso financiero por parte de la Junta de Andalucía que no niega su compromiso a la conservación de este edificio, si bien no se ha concretado todavía en nada.

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