En cualquier caso, resulta bastante complejo articular un procedimiento de caracter general para este tema desde la Conferencia Episcopal. Desde las ermitas románicas del tercio norte peninsular al basto patrimonio que atesoran las cofradías en el sur, pasando por verdaderas joyas patrimoniales de conventos de clausura, parroquias, archivos y bibliotecas de gran valor... lo cierto es que tan amplia es la casuística, que muy difícil se nos antoja establecer un criterio único para preservar los bienes de la Iglesia Católica. Quizás cada diócesis, atendiendo a su idiosincrasia particular, debería complementar esa normativa básica -de carácter práctico porque la teoría la sabemos todos- para que dichos robos dejen de suceder y podamos hablar de una verdera seguridad práctica y jurídica, de los bienes destinados al culto, que por cierto suponen el 80% del patrimonio nacional.

La solución de Monseñor Burillo, de trasladar las piezas más relevantes a museos diocesanos (solución que por cierto no es nueva y que se viene llevando a cabo sobre todo en el norte de la península tras los expolios de la segunda mitad del s. XX) puede ser efectiva en algunos casos. En otros, zonas de almacenaje con seguridad y vigilancia podrían paliar el problema. En los centros históricos, donde la población se ha visto mermada notablemente, se podrían unificar parroquias destinando otras a la visita cultural y custodia patrimonial (véase el ejemplo de la Colegial del Salvador en Sevilla fusionada con la de San Isidoro para la celebración de sacramentos). Esto, además conllevaría la recepción de unos ingresos extraordinarios que se podrían dedicar, precisamente, a la conservación y preservación de las obras de arte de titularidad eclasiástica. Aunque ya existen las Comisiones diocesanas de patrimonio, otra medida a adoptar podría ser dotarlas de un equipo técnico, que trabaje diariamente en la supervisión de dicho patrimonio a nivel global... Soluciones pueden darse muchas, aunque el escollo principal es el económico. Puede que la nueva Ley de Mecenazgo ayude a salvar el impedimento. Esperemos.