Algo que preocupa mucho a los historiadores -porque es la prueba del nueve de una autoría- es la aparición de firmas durante un proceso de restauración. Ya sea en el interior de una escultura, en la esquina inferior de un cuadro u oculta entre diminutos detalles de una minuciosa pintura, la aparición de firmas, inscripciones o cualquier otro texto que nos arroje luz sobre su historia material siempre es bienvenida.
En el caso que os mostramos, se trata del Retablo Mayor de la localidad sevillana de Herrera, el cual restauramos por encargo del Excmo. Ayuntamiento de la localidad en el año 2005. El retablo, fue construído originalmente para la iglesia del extinguido convento de la Victoria de Estepa, abandonada tras su exclaustración y desamortización en 1835. Según las fuentes consultadas, a éste le acompañaban otros ocho retablos menores, también en madera, distribuidos por las capillas laterales de la iglesia, hoy dispersos por diversos pueblos de la comarca (Casariche, El Rubio y Badolatosa), e incluso algunos han traspasado los límites de esta frontera (Puente Genil , Puebla de Cazalla y Galaroza).
Pues bien, durante el proceso, encontramos en la parte posterior del mismo una inscripción, a lápiz, que decía lo siguiente:
“SE COMENSO ESTE RETABLO Y SE ACABO A COSTA DE (MON) R.E.T. JOSEPH MARIA?// SIENDO PROBINCIAL A AÑO 1751?
L
Efectivamente se refiere al Padre Provincial, Fr. José Sánchez Manzano, estepeño y que según la crónica del P. Barco, fue el responsable de la decoración y de la construcción de la torre de la Victoria. La fecha final de este escrito es dudosa, mas otros documentos hacen constatar la década de los 50 como fecha probable, puesto que en la de los 90 el retablo estaba ya concluido desde hacía años como se demuestra documentalmente. El análisis estilístico también apunta a esta fecha como la más idónea. En consecuencia, la hipótesis de que los González Cañero realizaron este conjunto en los años centrales del s.XVIII recobra más fuerza, con esa inscripción.
Detalle de la reducción del ático |
La Parroquia de Santiago de Herrera es erigida canónicamente el 12 de Febrero de 1692. Desde entonces y hasta la llegada del retablo de Estepa, no había contado con un altar de envergadura. La iglesia de la Victoria fue demolida en 1939. Dos años antes, en Mayo de 1937, se desmontó el retablo.El taller de carpintería de Joaquín Borrego Rodas, fue el encargado de realizar este trabajo. El retablo llega a la iglesia de Herrera en los años posteriores a la Guerra Civil. Sigue sin conocerse ningún documento que acredite la fecha exacta del traslado, siendo entre los años 1939-1940 la fecha que parece más fiable según los testimonios y la memoria colectiva. Francisco J. Herrera García en la monografía sobre el Retablo Sevillano, cita la fecha del traslado en 1941 y el historiador local Fco. J. Hurtado la retrasa hasta 1945.
Para su reubicación, hubo que reducir el ático, cortándolo por su parte inferior, es decir, por encima de la cornisa principal. Precisamente otra firma nos habla del montaje del retablo.Se trata de la rúbrica a lápiz “Rafael Roldán”. Probablemente se refiere a Rafael Roldán Borrego, vecino de Herrera y testigo presencial del montaje dada su relación con la parroquia.
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