miércoles, 9 de octubre de 2019

Finaliza la segunda fase de la restauración de los retablos del Baratillo


Retablo de San José tras los trabajos [Emilio Simón].
La pasada semana concluyó la segunda fase del proyecto integral de conservación-restauración de los retablos de la Capilla de la Piedad, sede de la cofradía sevillana del Baratillo. Concretamente, entre los meses de junio a septiembre, se han ejecutado los trabajos sobre los retablos-hornacinas laterales de San José y San Antonio, piezas anónimas fechables en la segunda mitad del s.XVIII, que se sitúan a ambos lados de la única nave con la que cuenta el templo. 

Los trabajos, como ya sucediera con la intervención sobre el retablo mayor acometida el pasado año  (ver entrada) fueron adjudicados a nuestra empresa Gestionarte cuyo director-responsable, Benjamín Domínguez Gómez, ha sido el encargado de redactar y dirigir el proyecto. 

Para procurar un mayor decoro del templo durante el período que han durado los trabajos, la empresa utrerana RAMSOL fabricó sendas lonas serigrafiadas con la imagen de cada uno de los retablos,  colocándose -según convenía- ocultando la obra o sobre la torre móvil que se ha utilizado para llevar ejecutar los trabajos.



El templo durante la ejecución de los trabajos.


DESCRIPCIÓN DE LAS OBRAS:

Los retablos-hornacinas de San José y San Antonio son dos piezas realizadas en madera dorada y policromada, de autor anónimo, fechables en la segunda mitad del s.XVIII, momento en el que, tras el terremoto de Lisboa, la capilla fue rehabilitada y remozada en lo que a retablos y pinturas se refiere. En el primero de ellos recibe culto la imagen de San José donada por el torero Pepe Hillo en 1774, ocupando el segundo retablo-hornacina la imagen de San Antonio de Padua, ambas de autor anónimo y fechables también en la segunda mitad de la centuria dieciochesca.


Retablo de San José antes de la intervención [Emilio Simón].

Retablo de San Antonio antes de la intervención [Emilio Simón].

El único cuerpo del que se componen consta de banco con repisa, al que se le añadió un remate inferior en sustitución de la mesa de altar y un pequeño sotobanco cuando éstos vinieron a ser retirados en el segundo tercio del s.XX. También fueron desprovistos de la puerta de cristal que cerraba las hornacinas, quedando como huella material sobre las obras los herrajes de las mismas. En la parte superior, una moldura quebrada, coronada por una cartela, remata ambos conjuntos que, si bien a simple vista guardan una agradable simetría, los detalles que componen la decoración de talla en uno y otro es distinta.  Si es similar el tratamiento polícromo, realizado al óleo y que imita un jaspeado marmóreo en tonalidad rojiza. Las molduras y piezas de talla cuentan con un dorado en oro fino, a excepción de las piezas añadidas de la zona inferior, que presentan un dorado mediante la técnica popularmente llamada "al mixtión", "oro alemán" o "falso". 

METODOLOGÍA Y TRATAMIENTO

Como ya se expuso en la entrada publicada en nuestro blog de gestionarte relativa al inicio de los trabajos (pinchar aquí), ambos retablos fueron desmontados y posteriormente consolidados y recolocados durante las obras de rehabilitación de la capilla efectuadas en 2010, por lo que los trabajos llevados a cabo en este momento se han centrado fundamentalmente en el revestimiento polícromo, aunque también se hayan atendido cuestiones relativas al soporte de madera, dada la estabilidad que presentaban sendas estructuras. Con todo, siguen siendo apreciables a simple vista las deformaciones irreversibles que presentan ambos retablos (sobre todo en la zona inferior) y que, al no suponer riesgo alguno se ha considerado oportuno mantenerlas. Sí se han sustituido las bases de ambos camarines al presentar un avanzado estado de deterioro, especialmente por la presencia de xilófagos, y ser el elemento sustentante de las imágenes. Igualmente, se han repuesto molduras, sellado numerosas grietas y colmatado lagunas generadas por la separación de piezas (patología ampliamente repartida por toda la superficie), siempre atendiendo a los criterios de necesidad y mínima intervención. También se han incorporado nuevos elementos de anclaje en acero inoxidable para las cartelas y guirnaldas superiores, velario y lámparas votivas,  así como para los remates inferiores (añadidos).






En relación al proceso de limpieza, la eliminación de los barnices oxidados y aplicaciones metálicas (purpurinas) alteradas y desbordantes, depósitos de polvo, hollín y otros residuos ha devuelto al retablo su cromatismo, muy acorde con la fecha de ejecución de las obras. Finalmente, para dotar a las piezas de una adecuada visión estética, se ha procedido a la reintegración volumétrica y cromática de todo el conjunto, siguiendo un criterio de reversibilidad y diferenciación a corta distancia –con la técnica conocida como rigattino o rayado-, tal y como ya se llevó a cabo en el retablo mayor, y un barnizado de protección final.








El retablo de San José, antes y después de los trabajos [Emilio Simón].




El retablo de San José, antes y después de los trabajos [Emilio Simón].





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