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sábado, 2 de enero de 2021

Intervenida la imagen del "Niño Jesús Perdido" de Guillena

El pasado 27 de diciembre se reponía al culto durante la eucaristía dominical la imagen del “Niño Jesús Perdido”, que recibe culto en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Granada, de la localidad sevillana de Guillena, tras su reciente intervención por parte de nuestra empresa. 

Los trabajos, que se han llevado a cabo a lo largo de mes y medio, han sido sufragados gracias a la subvención que el Ayuntamiento de Guillena ha otorgado a las tres cofradías de la localidad. Una ayuda destinada anualmente a las salidas procesionales y que este año, sin cofradías en las calles, se ha dedicado a fines patrimoniales.

Inspeccionada la obra en octubre de 2019 y realizado tanto el pertinente estudio bibliográfico/documental como un estudio radiológico, se redactó la correspondiente propuesta de intervención donde se establecieron las actuaciones de conservación y restauración oportunas  con el fin de frenar el deterioro que presentaba, dotarla de un estado de conservación óptimo y una adecuada visión estética en base a su estado, necesidades, usos y características materiales de la obra; todo ello atendiendo al código deontológico de la profesión, velando por el rigor científico de la actuación y su perdurabilidad y/o reversibilidad en el tiempo. 


Fotografía general de la imagen antes y después de la intervención


DESCRIPCIÓN DE LA OBRA E HISTORIA MATERIAL

La escultura, de bulto redondo, representa a Jesús Niño, de pie. Está vestido con túnica sin ceñir a la cintura, que baja hasta los tobillos. La mano derecha se adelanta para portar una cruz en metal dorado, alzando la izquierda en ademán de alcanzar la mano de San José, imagen con la que forma grupo escultórico en el retablo del mismo nombre. Sus pies descalzos descansan sobre una peana de base cuadrada, que imita un terreno pedregoso en su zona superior, quedando revestida, por sus cuatro caras, por molduras y policromía imitando jaspes. Sobre sus sienes luce potencias en metal dorado. 

La imagen cuenta además con una segunda peana que le sirve de base a la primera, policromada imitando jaspes y dorada en oro la moldura que la circunda. En el centro de la cara frontal se inserta un relicario del Santo Sepulcro de Jerusalén en metal plateado. Sus dimensiones son 108 x 40 x 46 cm.



Fotografía general de la imagen. Estado previo a la intervención.

Existe constancia documental de que ya en 1579 existía en Guillena una cofradía titulada de Nuestra Señora de la Candelaria, y que presidía una pequeña ermita próxima al núcleo urbano de la Villa, como refieren diversas fuentes documentales. Extinguida la ermita entre los años 1823 al 1828, en octubre de 1854 fue trasladada la imagen mariana a la de San Nicolás, a petición del párroco del momento, permaneciendo muy probablemente en dicho inmueble hasta pasado el año 1888. Demolida la ermita, la corporación se instala definitivamente en la iglesia parroquial. 

Igualmente, se conoce que en 1910 la imagen del Niño Jesús Perdido ya procesionaba el Domingo de Resurrección, junto con la Virgen de la Candelaria, manteniéndose dicho culto –uno de los días festivos más importantes de la localidad desde antaño- hasta nuestros días. Por tal motivo, ya en fecha reciente, se promueve la constitución formal de la Hermandad, aprobándose sus reglas en mayo 2010. 


 

Dos fotografías históricas de la imagen procesionando el Domingo de Resurrección.


Sobre el origen y cronología de la imagen, el doctor en Historia del Arte Juan A. Silva Fernández considera que "la hechura de la imagen ha de vincularse a la ejecución del retablo que la alberga", levantado entre los años 1764 y 1769, cronología que se desprende de la inscripción conservada en la mesa de altar del referido retablo, que reza del siguiente modo: “Este retablo se hizo a devoción y celo del Señor Bartolomé García y otros devotos. Se empezó el año de 1764 y se acabó el de 1769”. Su vinculación con la Hermandad de la Candelaria, así como el hecho de sacarla en procesión, debe de vincularse a la presencia de la imagen mariana en el templo parroquial y no antes, cuestión que se intuye por la cronología de los hitos descritos.

Con todo, y a pesar de este origen dieciochesco de la escultura, sabemos por los estudios científicos llevados a cabo, que la imagen, tal y como ha llegado hasta nosotros, debe de considerarse obra del imaginero Francisco Velasco Barahona, quien en 1965 le sustituyó íntegramente el cuerpo, muy probablemente reproduciéndolo por medio del "sacado de puntos". Sólo la talla de la cabeza y su encarnadura –actualmente oculta- perviven de la escultura barroca. Además, el análisis detallado de las fotografías tomadas en 1948 por José María González-Nandín para la Fototeca del Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla nos induce a pensar que el cuerpo que lucía dicha imagen (realizada, según algunos, en telas encoladas) era de madera tallada y estofados sus ropajes con la decoración dieciochesca que, al igual que ocurre con la imagen de San José, coincide cronológicamente con la ejecución del retablo que las alberga. Por su parte, y a tenor de la morfología de la cabeza, ésta se nos antoja, incluso, más antigua, por lo que el aspecto dieciochesco podría haber sido fruto de la reforma barroca de una imagen incluso anterior. Sea como fuere, también resulta evidente que la decoración polícroma que actualmente luce la imagen es obra del escultor Velasco Barahona, no sólo por las referencias documentales y la sustitución del cuerpo que le habría de servir de soporte ya citados, sino por cuanto el uso de láminas de oro metal y una torpe ejecución técnica nos revelan su más que segura paternidad.  

 

Fotografía de la imagen realiza en 1948 [Fototeca Laboratorio de Arte. Universidad de Sevilla].

Con posterioridad, en 2005 el escultor-imaginero Manuel Ramos Corona realiza una serie de reparaciones en la obra y, finalmente, en noviembre 2018, un grupo de hermanos de la hermandad policroman la peana inferior y subsanan algunos daños. 

ESTADO DE CONSERVACIÓN Y TRATAMIENTO

En relación al soporte de madera, éste se mantenía estable y sin alteraciones importantes, a excepción de la separación del ensamble central de las piezas y alguna fenda localizada en la cabeza, no porque revistiesen gravedad a nivel estructural, sino por los daños que venían generando a nivel de policromía. 

Por su parte, en lo que concierne al revestimiento polícromo, presentaba algunas alteraciones propias del uso cultual de la imagen pero, sobre todo, destacaba la alteración del protectivo aplicado como “pátina artificial” el cual proporcionaba a la imagen un aspecto cromático desigual, el cual se ve agravado por la acumulación de depósitos superficiales o los puntuales repintes aplicados en sucesivas reparaciones que ha sido el principal objeto de la intervención.



Detalle del estado de conservación de la carnación de la mano derecha. 
Arriba, fotografía mediante luz visible; abajo, iluminada por medio de luz ultravioleta. 


Mención especial merece la repolicromía del rostro, que oculta la encarnadura original o más antigua, y los daños que se están produciendo en este punto –cuarteados y levantamientos- que exigían una actuación de conservación con objeto de preservar a futuro esta zona de la imagen de manera adecuada. 



En consecuencia, el proyecto de intervención ha contado con las siguientes actuaciones: 

- Estudio radiológico
- Estudio con luz ultravioleta
-       Documentación fotográfica inicial
- Ensayos de limpieza 
- Eliminación de polvo y otros depósitos en superficie
- Fijación de levantamientos de la capa pictórica 
- Incorporación de elementos de sujeción para los atributos iconográficos
- Limpieza química y mecánica del revestimiento polícromo
- Reintegración volumétrica de las faltas o lagunas de soporte
- Reintegración volumétrica de lagunas existentes en el revestimiento polícromo (estucado)
- Reintegración cromática de lagunas existentes en el revestimiento polícromo
- Barnizado de protección final.
- Documentación fotográfica final
- Redacción memoria final y actividades de difusión
- Redacción del “Plan de conservación preventiva” aplicable

A continuación incluimos una selección de la memoria gráfica de los trabajos efectuados y una comparativa antes/después de la intervención: 




Detalles del proceso de limpieza. 



Alteraciones vinculadas al estrato de soporte 



A la izquierda, detalle del proceso de estucado tras la eliminación de repintes y consolidación del soporte de madera; a la derecha, detalle de la decoración tras haber sido sometida al proceso de reintegración cromática. 


Fotografía general de la imagen antes y después de la intervención
















Fotografías: José Morón by GESTIONARTE

lunes, 1 de junio de 2020

Cultura abre la convocatoria de las ayudas para la conservación e inventario del patrimonio sacro

En el día de hoy se ha publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la convocatoria 2020 para la concesión de subvenciones a la conservación-restauración e inventario de bienes muebles del patrimonio histórico de carácter religioso en Andalucía (ver publicación pinchando aquí). El plazo de presentación de solicitudes -por vía telemática exclusivamente- estará abierto hasta el próximo 1 de julio de 2020. 

Estas subvenciones, dotadas con una partida presupuestaria de 750.000 euros, presentan dos líneas de ayudas: la primera -para la que se destinarán 495.000 euros en dos anualidades- se dirige a la conservación y restauración del patrimonio, y la segunda, con un presupuesto de 255.000 euros, va destinada a la realización de inventarios que faciliten el conocimiento de los bienes muebles de carácter sacro conservados en la comunidad andaluza. Los posibles beneficiarios de las ayudas son las entidades religiosas inscritas en el Registro de Entidades Religiosas, que tengan la propiedad, la posesión o sean titulares de otros derechos sobre bienes muebles del patrimonio histórico de carácter religioso en Andalucía. 

Orden de 13 de diciembre de 2019, por la que se aprueban las bases reguladoras para la concesión de estas  subvenciones, publicadas con fecha 18 de diciembre de 2019,  puede consultarlas pinchando AQUÍ

Tanto para la conservación-restauración como para el inventario del patrimonio histórico de carácter religioso en Andalucía se ha previsto financiar hasta el 80% del presupuesto de la actividad, siendo compatible con otras fuentes de ingresos. Así, en la primera línea la dotación económica alcanzará un máximo de 30.000 euros, y en la segunda, hasta 15.000 euros. Una comisión de valoración, integrada por empleados públicos de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, será la encargada de realizar la evaluación de las solicitudes y el análisis de la documentación.

Si está interesado en intervenir alguna pieza de las tipologías en las que la empresa gestionarte está especializada (pintura de caballete, retablos, esculturas en madera policromada...) y desea presentar una solicitud, puede ponerse en contacto con nosotros a través del formulario previsto en nuestra página web pinchando AQUÍ.

lunes, 3 de febrero de 2020

El retablo de Ntra. Sra. de la Caridad ya luce restaurado

La sevillana Hermandad del Baratillo disfruta ya de otro de los retablos de su capilla restaurados por GESTIONARTE. Concretamente se trata del retablo de Ntra. Sra. de la Caridad en su Soledad, un retablo fechable en la segunda mitad del s.XVIII  que, originalmente, estuvo presidido por el lienzo de la Virgen del Carmen, que actualmente se conserva en el testero derecho de la nave del templo. 

Los trabajos, que se iniciaron el pasado mes de octubre de 2019, se han prolongado exactamente a lo largo de los cuatro meses previstos, siendo ejecutados por un equipo de dos conservadoras-restauradoras junto con el responsable de la firma, Benjamín Domínguez Gómez, doctor en Bellas Artes y responsable del proyecto. 

A ellos, además,  se han sumado los profesionales correspondientes a las diferentes actuaciones que se han llevado a cabo en paralelo (trabajos de albañilería, tapizado del camarín, iluminación, etc. ) dado que, desde el principio, los trabajos se han acometido de manera integral, actuando no sólo sobre las piezas artísticas sino también sobre aquellos elementos del inmueble que inciden en su correcta conservación y uso. 


Tratamiento

Sobre el estado de conservación de la obra ya publicamos en el blog de gestionarte una entrada informando del avance de los trabajos (ver). Así, una vez retirada la imagen, se comenzó con el desmontaje del retablo y el traslado de las piezas al estudio de restauración, donde a lo largo de estos meses se procedió, en primer lugar, a la consolidación estructural del mismo. En lo referente al soporte de madera, la pieza más dañada con diferencia era la mesa de altar, la cual ha sido dotada de una nueva tapa en madera de haya laminada en sustitución de la anterior de pino que estaba en muy mal estado, entre otras actuaciones. 




En una segunda fase, se procedió a la limpieza de la superficie pictórica, eliminando depósitos superficiales, repintes y barnices aplicados en reparaciones anteriores, así como en la reintegración volumétrica y cromática de aquellas piezas y lagunas que la visión general de conjunto del retablo requerían. En este sentido, en gestionarte somos muy escrupulosos en lo que a criterios de intervención se refiere, limitando las reposiciones de piezas a aquellos elementos de los que fehacientemente se conoce su morfología y, además, son imprescindibles para una correcta visión del retablo, evitando incluir elementos innecesarios no originales y/o que falseen o modifiquen la obra original, tal y como se recomienda en las Cartas Internacionales. Con todo, la condición sacra y en uso de este tipo de bienes culturales exige un equilibrio entre la estética y la historicidad de la obra de arte,  tema al que dedicamos mucho tiempo de reflexión, pruebas, etc. con el fin de tomar la decisión más acertada para cada caso concreto. El resultado es una restauración estéticamente satisfactoria para los cofrades, ejecutada bajo una metodológica científica a la altura de cualquier instituto de conservación o museo europeo. 





En paralelo, y aprovechando la ausencia del retablo en su emplazamiento, se acometieron trabajos de albañilería para solventar algunos problemas en los apoyos de fábrica del retablo, así como completar el zócalo de mármol que reviste los laterales del mismo y otras mejoras. Ya en enero, se inició el proceso de montaje en base al sistema constructivo original, si bien incorporando una superficie de aislamiento frente a la humedad y algunos elementos en acero inoxidable que complementan o sustituyen los a los anclajes existentes. Para las lámparas votivas se ha dispuesto un sistema de sujeción que permita su manipulación sin necesidad de dañar el soporte de madera. Finalmente, el equipo de gestionarte completó la reintegración cromática de todo el conjunto “in situ” bajo la nueva iluminación LED colocada. 






El retablo y su historia

El retablo de Ntra. Sra. de la Caridad es una pieza realizada en madera policromada, de planta rectilínea y adosada al muro. Consta de mesa de altar, banco y un único cuerpo articulado en base a una hornacina central abocinada, rematada semicircularmente en la parte superior y a la que le falta el remate original, hoy perdido (presumiblemente una cartela con el anagrama de María u otro detalle similar). La talla, que combina la hoja cartilaginosa con otras piezas donde el acanto ha sido trabajado de forma más menuda, armoniza con la decoración polícroma satisfecha sobre fondo verde y donde se alterna el pan de oro, la plata y la técnica de “corladuras”. Incluso incorpora algunos detalles realizados a pincel en la zona superior del arco, muy propios de la decoración dieciochesca y que, tras la restauración, pueden apreciarse con mayor detalle. También se han recuperado algunos elementos originalmente plateados que, antes de la restauración, presentaban oscuros repintes dorados en purpurina, como es el caso de la pieza inferior del banco.  

Forma parte del conjunto de retablos que decoran los muros de la Capilla de la Piedad, una pequeña capilla levantada entre los siglos XVII y XVIII en el Arenal de Sevilla, en pleno centro histórico de la ciudad. En origen, estaba presidida por un lienzo representando el pasaje de la Virgen con Jesús en brazos, al pie de la cruz y, el retablo que nos ocupa, por un lienzo de la Virgen del Carmen; no en vano, a escasos metros se encuentra el río Guadalquivir y esta zona ha estado históricamente vinculada al quehacer de marineros, pescadores y comerciantes. 


Hipótesis de cómo debió de ser el retablo de la Virgen del Carmen (hoy de Ntra. Sra. de la Caridad) en el s.XVIII.


Así como en los primeros años del s.XX el retablo mayor fue remodelado para albergar a las imágenes titulares, la Virgen de la Piedad y el Stmo. Cristo de las Misericordias, con la bendición de  Ntra. Sra. de la Soledad en 1931, ésta se entronizó en el retablo que estudiamos, en sustitución del lienzo. Más adelante, en la segunda mitad del s.XX, este retablo fue remodelado nuevamente para aumentar la profundidad del camarín de la imagen, incorporándosele piezas de nueva factura en los laterales, que se han mantenido en esta última intervención, como la nueva pieza que se dispuso, a modo de “sotobanco” la última vez que se “restauró” el conjunto. 


 El retablo antes y después de la intervención [Foto: Emilio Simón by GESTIONARTE].


miércoles, 4 de diciembre de 2019

Avanzan los trabajos en el Baratillo sobre el retablo de Ntra. Sra. de la Caridad.

Fotografía general de la obra antes del
 inicio de los trabajos [Emilio Simón]
Dedicamos una nueva entrada de nuestro blog de gestionarte al proyecto de restauración integral de los retablos de la Capilla de la Piedad, en Sevilla, sede de la Hermandad del Baratillo. Dicho proyecto se viene acometiendo desde el año 2018 y ya cuenta con las intervenciones culminadas del retablo mayor (ver aquí)  y los retablos-hornacinas de San José y San Antonio (ver aquí). Finalmente, será el próximo verano cuando se ejecuten los trabajos sobre el quinto y último retablo de los que conforman el conjunto baratillero, el del Stmo. Cristo de la Sangre, finalizando así este ambicioso proyecto.

Desde el pasado mes de octubre, y hasta finales de enero de 2020 el equipo de gestionarte, que dirige el conservador-restaurador de bienes culturales Benjamín Domínguez, está inmerso en los trabajos de conservación-restauración del retablo que hoy preside Ntra. Sra. de la Caridad en su Soledad.

Apenas tenemos datos sobre esta obra, fechable en la segunda mitad del s.XVIII, y que originalmente estaba presidido por el lienzo de la “Virgen del Carmen” que actualmente se conserva en el testero derecho de la nave del templo. Una antigua fotografía conservada en la sacristía del templo así lo atestigua. Será con la incorporación de la segunda titular mariana de la cofradía cuando ésta pase a presidir el citado retablo que, en ocasiones, también es ocupado por el conjunto escultórico del Stmo. Cristo de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Piedad. 

El retablo es una pieza realizada en madera policromada, de planta rectilínea y adosada al muro. Consta de mesa de altar, banco y un único cuerpo articulado en base a una hornacina central abocinada, rematada semicircularmente en la parte superior y a la que le falta el remate original, hoy perdido. La talla, que combina la hoja cartilaginosa con otras piezas donde el acanto ha sido trabajado de forma más menuda, armoniza con la decoración polícroma satisfecha sobre fondo verde y donde se alterna el pan de oro, la plata y la técnica de “corladuras”. Incluso incorpora algunos detalles realizados a pincel en la zona superior del arco, muy propios de la decoración dieciochesca y que, afortunadamente, han llegado hasta nosotros, a pesar de su deterioro. 


Antigua fotografía del retablo conservada en la Hermandad. Obsérvese  el lienzo que
 antaño presidía el retablo, dedicado a la Virgen del Carmen, y que actualmente se conserva en la capilla.

En la segunda mitad del s.XX, el retablo fue remodelado para aumentar la profundidad del camarín de la imagen, incorporándosele piezas de nueva factura en los laterales. También en el banco se dispuso una nueva pieza a modo de “sotobanco” desde la que arranca el resto del conjunto y se “restauró” todo el conjunto, dando como resultado en la actualidad a numerosos repintes que han tenido que ser retirados por el equipo de restauración, no sin dificultad, lo que ha puesto en evidencia el deterioro sufrido por el retablo. 


     


Con independencia de las alteraciones más frecuentes en este tipo de obras como son la acumulación de polvo, cera y otros depósitos, el oscurecimiento de la superficie o las pérdidas fruto de accidentes o golpes fortuitos, los daños más importantes que presentaba la obra tienen su origen, precisamente, en estos trabajos de remodelación, tanto a nivel de soporte como de dorados y policromías que, aun perviviendo los originales, se conservan muy alterados. 

Por otro lado, el estado del apoyo de fábrica sobre el que se sustenta el retablo, así como el de los diferentes anclajes que lo sujetan al muro aconsejaban acometer una actuación integral sobre el conjunto, que dotase a la obra de un estado de conservación adecuado a sus necesidades y al espacio que ocupa. En consecuencia, a tenor de las exigencias técnicas que conllevaba la intervención y la necesidad de compatibilizar el uso del templo con los trabajos a acometer, en su momento se optó por el desmontaje y traslado de la obra al estudio de conservación-restauración, donde se están llevando a cabo paralelamente los trabajos de consolidación estructural del soporte de madera, limpieza y la reintegración volumétrica y cromática de todo el conjunto, que será de nuevo asentado en su lugar a lo largo del próximo mes de enero.








También, y al igual que con el resto de retablos restaurados, se está actualizando la iluminación artística correspondiente, sustituyendo las actuales luminarias por otras del sistema LEDS.