viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Un nuevo "Museo de las Cofradías"?


Cuando hemos conocido la noticia de la más que probable cesión de San Hermenegildo al Consejo de Cofradías de Sevilla, nos viene a la cabeza recurrentemente, la idea de un expacio expositivo sobre la Semana Santa, que no existe en la ciudad donde, a buen seguro, más importancia tiene la Semana de Pasión en el mundo. Años atrás, la idea de un "Centro de Interpretación de la Semana Santa", ubicado junto al Puente de Triana,  rondaba por la mente de algunos políticos, sin que ese proyecto llegase a realizarse, entre otras cosas, porque las cofradías -a pesar de los pesares- son de los pocos colectivos que tienen muy claros sus fines, mantenidos a lo largo de siglos de historia, no permeables por los laicistas. Y es que ese proyecto, presumiblemente,  no iba a reflejar la verdadera identidad -religiosa, se quiera o no se quiera, además de artística, cultural, social y todo lo demás-, de la Semana Mayor.

Pues bien, la realidad es que en Sevilla, ni existe Museo de la Semana Santa (como en tantas ciudades), ni siquiera un expacio o sala donde poder organizar exposiciones con dignidad. La sede de la antigua "Caja San Fernando" en la Plaza de San Francisco, fue tradicionalmente un recinto muy adecuado y preparado para ese cometido (recuérdese la muestra "Los Tesoros" en el 1992, por poner un ejemplo). Últimamente, el Círculo Mercantil e Industrial, en sus instalaciones de la calle Sierpes, está organizando exposiciones de temática cofradiera, poniendo muchísima ilusión y muchas horas de trabajo para sacar adelante proyectos muy dignos, pero carentes de un discurso museográfico profesional, entre otras cosas, porque la sede no lo permite. Y sin embargo, muchísimas hermandades ya han pasado por sus salas, entre otras cosas, porque no hay otro sitio donde organizar muestras de nada.

La antigua iglesia del colegio de San Hermenegildo -que perteneció a la Compañía de Jesús hasta su expulsión en 1767- podría venir a cubrir la necesidad de ese espacio expositivo para las cofradías. Más que creando un museo permanente - que ya tuvo un antecedente no muy agraciado a mediados del s.XX- organizando muestras concretas, siguiendo una programación anual organizada, donde las Hermandades y otros colectivos afines puedan llevar a cabo actividades de esta índole o de cualquier otra, encaminadas a cumplir los fines de las Hermandades. Incluso si se cobra la entrada (a no residentes y simbólica para los residentes), podría autofinanciarse e incluso, recaudar fondos para actividades benéficas, como para el Economato del Casco Antiguo, por ejemplo.O para las Hermandades Sacramentales o de Gloria, que poseen un riquísimo patrimonio artístico y necesitan fondos para conservarlo. Y por supuesto para las de Penitencia, motor incuestionable de la institución.

Además-apuntan algunos-, su cercanía con la Campana, convertiría este templo desacralizado, en un recinto de gran utilidad cuando la lluvia hiciera su aparición en los días de la Semana Mayor. La idea está en la mente de todos.Ahora hay que llevarla a cabo. Y bien.




miércoles, 28 de septiembre de 2011

El retablo de J.B. Vázquez "El Viejo" de la Capilla del Dulce Nombre de Jesús de Sevilla

Coincidiendo con la noticia de la recuperación de uno de los elementos de este retablo para conformar un nuevo altar, traemos un resumen de la historia y restauración de esta magnífica pieza que Gestionarte tuvo la oportunidad de intervenir:

Descripción de la obra

El retablo es del tipo tabernáculo, de una sola calle y un solo cuerpo con una especie de ático bajo el arco de medio punto que lo cobija. Aunque no es el actual, posee un banco en medio del cual se ha insertado un sagrario  de estilo barroco con unas pilastras amensuladas a los lados de la puerta de este. Un par de columnas de orden dórico y de fuste estriado recogen el entablamento que se adapta en sus extremidades a los cimacios que rematan las columnas y el tercio inferior de estas esta decorado con grutescos  conformados por ángeles tenantes con jarrones en sus cabezas y roleos de tipo vegetal. Este tipo  de columnas las utiliza mucho Vázquez en sus retablos, como por ejemplo en el que hace para el convento de Madre de Dios o en sus retablos mayores. También  es típico de Vázquez el entablamento  en donde se alternan las cabezas de querubes con las alas cruzadas entre triglifos  con gotas (todo dentro de un gran sentido clásico de ornamentación).

Tratamiento de restauración.

En Noviembre de 2005, daban comienzo las obras de rehabilitación de la Capilla del Dulce Nombre, obras que se llevarían a cabo hasta el mes de Julio de 2007.Con motivo de dichas obras, se  procedió a realizar una serie de restauraciones y mejoras en el patrimonio artístico, entre otros, el retablo que nos ocupa y el de la Virgen de las Tristezas, ambos por nuestra empresa Gestionarte S.L.U.

Tras  la redacción del proyecto de intervención y su aprobación, se procedió al desmontaje y comienzo de la intervención en Mayo de 2007 culminándose con su presentación pública y bendición en los primeros días del mes de Diciembre de 2007.
El retablo antes de la intervención
La obra, tal y como estaba constituida hasta la restauración, tenía cinco grupos de piezas de diferentes facturas, estilos, épocas y construcción:

S.XVI: El conjunto de piezas denominadas “originales” que son el ático, cornisa y friso, columnas y zonas trasera de columnas. A este grupo hay que añadir el marco, techo y laterales del camarín o cuerpo central que permanecía semioculto.
 S.XVII: El sagrario.
S.XVIII: Mesa de altar.
S: XIX: Cuerpo central y hornacina, banco.
S.XX: Repisas hornacinas laterales.

En base a esto, la imagen que nos ofrecía la obra antes de la restauración es fruto de una modificación sustancial en su traza inicial. Tal es así, que toda la zona principal del cuerpo del retablo, donde se encontraba el camarín y las dos pequeñas hornacinas eran posteriores a la fecha de ejecución del resto de la obra. Igualmente ocurría con la mesa de altar que estilísticamente puede enmarcarse en pleno s.XVIII. o el banco que, al igual que el cuerpo central, se puede fechar en el siglo XIX.

Tratamiento

Lo interesante de esta intervención fue, por un lado, los descubrimientos que se han dado facilitando la historia material de la pieza su catalogación y  el poder estudiar y conformar el aspecto de la obra tal y como lo concibiera el autor, si no al 100%, si al menos en su mayor parte.

El interior de la hornacina original, al desmontar el retablo.
Cuando se comenzó el desmontaje del retablo, se descubrió que alguna de las piezas que daban forma al camarín construido en el s. XIX, eran en realidad, piezas pertenecientes al fondo del retablo, originales del s. XVI y que se conservaban los laterales y el techo del camarín en perfecto estado de conservación, aún mejor que el resto de la obra, fruto de su ocultamiento. Igualmente, las posiciones de las cajas de ensamblaje de las diferentes piezas, nos permitieron elaborar un alzado y perfil de la obra más acorde con los cánones establecidos en el renacimiento, especialmente en la moldura que circunda el friso en la parte superior rematándolo, que se ha recuperado.

La pieza del fondo, una vez recompuesta.
La limpieza de la policromía fue fundamental a la hora de abordar el estudio de la pieza, puesto que la suciedad y películas de barniz y otras sustancias sobre el dorado y su policromía nos impedían ver con claridad los detalles y rasgos formales de la obra. Fundamental fue también la recuperación del fondo del camarín, ya que algunas de las piezas que conformaban éste estaban recubiertas por varias capas de pintura que, tras un duro y laborioso tratamiento de limpieza, han sido recuperadas, ensambladas y montadas de nuevo tal y como se diseñaron en su día. Los ensambles con colas de milano y los agujeros de los clavos de forja nos confirmaron, tabla a tabla, su disposición y distribución original.

Nos hubiera gustado poder levantar de nuevo el retablo tal y como se hubiera ejecutado en el s. XVI, pero existían algunas lagunas informativas que no nos han permitido la total reconstrucción. Es por ello por lo que se optó por el diseño actual.

La hornacina no original, reubicada.
Este verano, para evitar el deterioro de las piezas retiradas que se encontraban almacenadas, y para una mayor decoración del templo, la hermandad decidió recolocar ambas piezas (mesa de altar y hornacina) en la capilla conformando sendos altares y es por lo que se ha llevado a cabo la rehubicación de dichos elementos. Además, con esta nueva distribución, el visitante podrá visualizar todas y cada una de las piezas del retablo, comprendiendo mucho mejor asi, la historia material del mismo.

 Para conocer más sobre la investigación y restauración de esta obra:

DOMÍNGUEZ GÓMEZ, BENJAMÍN/ PORRES BENAVIDES, JESÚS: “Un retablo de Vázquez “El Viejo” en la iglesia del Dulce Nombre de Jesús” en Estudios de Historia del Arte: Centenario del Laboratorio de Arte (1907-2007). Vicerrectorado de RR. II. y Departamento de Historia del Arte. Universidad de Sevilla. Sevilla, 2009. Tomo II. Págs. 113-128 ISBN:978-84-692-5660-2


martes, 27 de septiembre de 2011

Recuperada una hornacina en la capilla del Dulce Nombre de Jesús, en Sevilla.

En este mes de Septiembre, la Hermandad de la Vera Cruz de Sevilla ha ultimado las obras de conservación y mejoras en su capilla del Dulce Nombre de Jesús, previstas para este verano.Con el objetivo de mejorar la conservación de la capilla, así como dignificar aquellos elementos que son necesarios para el buen desarrollo de la liturgia, se han llevado a cabo trabajos de mantenimiento y conservación sobre los retablos, como ya se indicó en esta misma sección, y se ha recuperado una antigua hornacina para dar culto a la imagen del Niño Jesús, obra de Rafael Barbero, que ya intevino GESTIONARTE en el año 2005.

GESTIONARTE  ha sido la encargada del montaje de la hornacina gracias a la recuperación de uno de los elementos añadidos –y retirados durante el proceso de restauración- de otro de los altares de la capilla, el situado al final de la nave izquierda, atribuido a Juan Bautista Vázquez “El Viejo”.

Este altar fue restaurado por nuestraempresa en el año 2007, con motivo de las obras de conservación llevadas a cabo en la capilla, recuperando su concepción original. Y es que durante el proceso, se descubrió que la hornacina original del cuerpo principal del retablo estaba oculta tras esta otra añadida a finales del s.XVIII o principios del s.XIX, sin que se tuviera constancia de ello. A raíz de esta modificación, la hornacina ahora recuperada se encontraba almacenada en las dependencias de la hermandad y es por lo que este verano se ha decidido recuperar para mejor exorno del templo. Igual ha ocurrido con la mesa de altar dieciochesca -también restaurada por nosotros- que desde hace unos meses se encuentra reubicada en otro altar.

lunes, 26 de septiembre de 2011

La Tauromaquia es arte

Arte: Actividad humana específica, para la que se recurre a ciertas facultades sensoriales, estéticas e intelectuales; conjunto de obras artísticas de un país o época.

Por si alguien tiene dudas de que la tauromaquia es arte, arte español, del cual deberíamos sentirnos orgullosos, promocionar, proteger y fomentar desde el Ministerio de Cultura:
- Arte es la arquitectura que generó la fiesta: Nacida de las construcciones efímeras, en la Plaza Mayor de la localidad y luego convertidas en monumentos desde el s.XVIII hasta nuestros días. Arte es la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la de Ronda; las plazas levantadas entre restos de castillos y murallas o los cosos decimonónicos que conservan el sabor de tardes de triunfo de los años veinte. Arte es la "Gaudiana" Monumental de Barcelona.
 - Arte es la liturgia de la fiesta (quien no la conoce no la saborea, como un cuadro o una composición musical), la posición de los toreros, los tiempos, el rito, los quites, el paseillo (coreografía diseñada tarde a tarde entre oraciones y voluntad de los diestros).

- Arte es la poesía (...a las cinco de la tarde/ a las cinco en punto de la tarde...) y la literatura,  las crónicas taurinas y las tertulias literarias nacidas a la sombra de un burladero.

- Arte es la música que genera la fiesta. Su interpretación. Su composición.

- Arte es el cuidado de los animales, del toro y del caballo, las construcciones de los cortijos, la doma y el cuidado de las reses, patrimonio inmaterial y tradición silenciosa de nuestro medio rural.

- Arte es la serie "tauromaquia" de Goya y la pintura costumbrista, la colección contemporánea de carteles de la Maestranza de Sevilla o los apuntes a tinta del ilustrador periodístico.

- Arte es la confección de los trajes, el bordado y su diseño. Arte es la artesaría que fabrica las banderillas, los capotes, las monteras,...
 
- Arte es la fotografía que nace de una corrida de toros. El cine que genera la tauromaquia, imágenes de un espectáculo efímero que inmortaliza un objetivo para deleite del que lo visiona a posteriori.

- Arte es conocer la fiesta, participar de ella. Valorar el esfuerzo de los toreros y tener sensibilidad para sacar un pañuelo, aplaudir o silenciar su faena. Arte es una tarde en una plaza de tercera o en un gran coso de primera. Que más dificil es participar correctamente en una tarde de toros que en la mejor ópera.

- Arte es el monumento que homenajea a un torero.

- Arte es hacer figuras imposibles delante de un animal de quinientos kilos. Tomar posiciones y pintar un cuadro efímero con tu propio cuerpo, poniendo en peligro la vida, pero confeccionando espacios que duran apenas unos segundos y que ya nunca más podrán volverse a repetirse. Arte es el rejoneo y el toreo a pie, danza de un animal mitológico, con cabeza y manos humanas y cuerpo y patas de animal. 

- Arte, arte, arte....y así, tantas y tantas razones desde Alicante hasta Zaragoza, de las Ventas a Ronda, del Puerto a Sevilla, desde Nimes o Sudamérica, desde cualquier plaza hasta la Monumental de Barcelona. Porque se podrá achacar al toreo (como a cualquier actividad humana) sus errores o sus fallos, las injusticias o los asuntos que se pueden mejorar, pero nunca se podrá defender, que la Tauromaquia no es arte. Arte español, como el retablo barroco, la pintura de Velázquez o Picasso, la música de Joaquín Turina o los textos de Cela o Juan Ramón Jiménez.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Medidas contra la crisis III

Durante los últimos años, han proliferado numerosas "escuelas taller" y otras actividades (formativas y/o de inserción laboral) relacionadas con el patrimonio. A priori, estas iniciativas son muy loables. Lo malo, es que en la mayoría de los casos, se han creado espectativas laborales para jóvenes -y no tan jóvenes- que luego han quedado en nada. Pongamos un ejemplo: 

En muchos ayuntamientos (a través de subvenciones), se ha utilizado la "escuela taller" para llevar a cabo trabajos de carpintería/ebanistería, albañilería, e incluso restauración de retablos (¡!) en los templos de la localidad. Los requisitos solían ser, entre otros, que fueran vecinos del pueblo. Pues bien, una vez terminados los trabajos (con los que los alumnos disfrutan muchísimo y alimentan esperanzas de trabajo) no tienen posibilidad de seguir trabajando, puesto que carecen de formación, mercado y titulación para autoemplearse. Los de los módulos de albañilería o ebanistería, al fin y al cabo, podían incorporarse al mercado laboral en empresas del sector (que no de patrimonio, en general), pero los que se han dedicado a "restaurar", ¿donde trabajan si no tienen titulación para hacerlo?. Para colmo, los más valientes de estos "pseudoprofesionales" se lanzan a "restaurar" sin los medios y formación necesarios, haciendo competencia a los verdaderos profesionales y provocando un verdadero caos en el sector (sobre todo por los precios a la baja, al trabajar en economía sumergida, por regla general), por no hablar de los nefastos resultados a nivel técnico.

El sector del patrimonio (incluída la rehabilitación de edificios históricos)  adolece de profesionales de grado medio, es decir, personal cualificado que no tiene porqué ser licenciado universitario (ahora graduado) ni peón. Es difícil encontrar jóvenes con formación en ebanistería, por ejemplo, o dorado dispuestos a incluírse en un equipo de trabajo a las órdenes de los conservadores-restauradores. En gestionarte, hemos tenido la suerte de contar con varios de estos profesionales de grado medio y la organización y resultado del trabajo ha sido bastante satisfactoria, porque cada uno hace lo sabe y tiene que hacer (es lo mismo que si ponemos a un neurocirujano a a sacar sangre o a un ATS a operar una rodilla...los resultados no van a ser satisfactorios si cada uno no hace lo que le corresponde...) 

La oferta formativa en los próximos años debería ir encaminada a segregar los diferentes niveles profesionales, dando una formación específica de calidad a estos artesanos, imprescindibles como auxiliares, en esta materia. En Gelves (Sevilla), la Escuela "Della Robbia" es un buen ejemplo de este tipo de formación, especializados en cerámica, dorado y ebanistería, muy útil para la insercción laboral en este campo. También la Fundación Forja XXI, en Sevilla, lleva a cabo buenas iniciativas. Los estudios de grado, a partir de ahora, con su ampliación en másters, deben de diferenciar entre los titulados con mayor o menor formación, pudiendo seleccionar a aquellos que hayan realizado un master específico, para ser los directores-responsables de las actuaciones, siendo el resto ejecutores sin cualificación para dirigir equipos.

Estos cambios, abaratan la partida de mano de obra y, sin embargo, mejoran sustancialmente el resultado obtenido; crean empleo y, sobre todo, organizan de una manera ordenada y lógica el mercado laboral del sector.


martes, 20 de septiembre de 2011

Imaginería en Westminster

El uso de la imaginería policromada, realizada en madera, la solemos relacionar "a priori" con la escultura religiosa española. La gran cantidad y calidad de las piezas realizadas en todos los períodos históricos nos induce a pensar que es un proceso creativo exclusivo de nuestro entorno. Sin embargo, a más que conozcamos la historia del arte, sabemos que existen otras tantas representaciones lígneas en culturas precedentes, siendo el ejemplo más significativo, la cultura egipcia, de donde conservamos  todavía muchísimos ejemplos del trabajo de la madera, en representaciones figurativas de diversa índole.

 





Pues bien, cuando visitamos la zona expositiva de la londinense Abadía de Westminster, nos sorprende encontrar toda una colección de imaginería en madera policromada. En este caso, son la representación de los monarcas ingleses, que "toman cuerpo" a través de estas efigies. Su origen tenemos que buscarlo en la celebración de los diferentes actos litúrgicos con motivo de cada uno de sus funerales. Estas imágenes, eran revestidas ricas y solemnemente -al mismo modo que nuestras imágenes barrocas- y se situaban en el centro del ritual, (sustituyendo al cuerpo en descomposición del difunto) quedando posteriormente almacenadas en dicha abadía. El legado comprende un total de 21  imágenes, desde el siglo XIII al XIX, entre figuras masculinas y femeninas.


De muchas, sólo se conserva el busto, algo habitual si pensamos que el resto del cuerpo lo conformaría el equivalente al "candelero" español, carente de importancia, según algunos.

Su ejecución sorprende por la similitud que encontramos con la imaginería española, y a poco que el lector conozca una imagen de vestir por dentro, comprenderá lo que decirmos. Las articulaciones de los brazos, la cabeza de "bombilla" para colocar pelucas, la construcción del rostro a través de una mascarilla, la forma de policromar... son elementos técnicos que acercan una y otra forma de elaborar estas piezas figurativas. 

Es significativa la expresión hierática de todas: seria, con la mirada al frente y la boca cerrada, buscando similitud con la figura yacente, pero también acorde con la personalidad inglesa.

La colección se conserva prácticamente íntegra (faltan algunas imágenes de las que sólo quedan unos restos), una vez que a mediados del s.XX se recompusiera la serie y se inaugurara la zona de museo que las expone.




viernes, 16 de septiembre de 2011

Para ir a ver: El Cristo de los Martirios. Carmona (Sevilla).

Carmona es una ciudad que atesora una gran riqueza patrimonial. Desde la Necrópolis hasta los restos de su muralla -con las puertas de Sevilla y Córdoba como mejor exponente-, Carmona incluye entre sus monumentos más significativos numerosas iglesias. Y entre ellas destaca por su importancia, tamaño y esplendor la Prioral de Santa María.

En su interior, encontramos en una capilla justo a la izquierda de la puerta de entrada habitual (en la misma nave donde recibe culto la patrona, la Virgen de Gracia), un pequeño retablo que se denomina del "Cristo de los Martirios". Esta obra, está atribuida -con bastante fundamento- al escultor Roque de Balduque, que trabajó en Sevilla a mediados del s.XVI.

No existe una monografía de importancia sobre este autor (que bien la merece) que tan importante fue para la escultura hispalense del renacimiento, pues introdujo un lenguaje naturalista y dramático tanto en la imaginería pasionista como en sus numerosísimas imágenes de la Madre de Dios.Su llegada a Sevilla parece estar relacionada -como la de tantos otros- con su participación en la construcción del retablo mayor de la Catedral, donde participa en varias escenas de los laterales junto con Juan Bautista Vázquez "el Viejo".

Todo el retablo es en sí una muestra del quehacer del taller de este insigne escultor, puesto que junto a la imagen principal y las que componen con él el calvario (Virgen y San Juan) se suman varios relieves con escenas de la pasión que cada uno de ellos bien merecería su propia consideración. A pedar de que la arquitectura posee una repolicromía fruto del gusto neoclásico, por lo que se puede ver desde el exterior de la capilla, no parece haber sido moficada sustancialmente aunque, eso sí, el deterioro que presenta, bien merecería una intervención.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Tesoros por descubrir: La Cartuja de Cazalla de la Sierra



Hay monumentos que por su localización quedan muy alejados de los circuítos habituales del turismo. Otros, porque no están lo suficientemente publicitados o posicionados en manuales y pasan desapercibidos para la mayoría de los amantes del arte. Otros simplemente porque siempre tienen las puertas cerradas... El caso es que hay todavía lugares que conservan ese sabor a escondido,  como si el tiempo se hubiese parado, alejado del mundanal ruído y exento de alteraciones. Lugares que quedaron ruinosos y que fruto del esfuerzo de sus propietarios, todavía tenemos la esperanza de verlos brillar de nuevo en esplendor algún día.

Eso es lo que sucede cuando visitamos la Cartuja de Cazalla de la Sierra. En 1476 era tal la opulencia y el número de monjes de la Cartuja de Sevilla que esta se sintió capaz, algo sin precedentes, de fundar con sus propios medios otro monasterio en el sitio que le pareció más conveniente para santo retiro y descanso de sus ancianos. Y así surgió la Cartuja de Cazalla como casa filial de Santa María de las Cuevas de Sevilla. El paraje era y sigue siendo espectacular, en plena sierra norte de Sevilla, entre dicha localidad y Constantina.

La desamortización en el s.XIX provocó su abandono y tras pasar por varios propietarios particulares que la utilizaron para guardar el ganado y otros menesteres agrícolas, Mª del Carmen Ladrón de Guevara la convirtió en Centro artístico y Hospedería.

Su visita nos provoca una doble sensación: por un lado, reconocemos en los vestigios que aún quedan, la importancia y magnificencia de esta cartuja; y por otro, el daño tan importante que se ha producido en el patrimonio español desde mediados del s.XIX ya que la reutilización para tareas industriales o agrícolas de espacios monacales y conventuales de alto valor artístico, provocó la pérdida de no pocos espacios que hoy serían lugares de referencia en el mapa de los edificios sigularesde nuestra tierra.

martes, 13 de septiembre de 2011

Medidas contra la crisis II

Siguiendo con el potencial económico del turismo y su relación con el patrimonio no podemos más que repasar el papel de los museos en la oferta cultural andaluza. Aunque habrá quien justifique lo contrario, parece más que inaudito, que el Museo de Bellas Artes de Sevilla, por ejemplo, no abra los domingos por la tarde. Hace unos años, como medida especialísima, se informó que los lunes incluídos en "puentes" iban a abrir, día que habitualmente los museos cierran (se supone que para tareas de conservación, cosa que podríamos discutir también...). Pero eso no deja de ser una medida puntual frente a la oferta que supondría que los museos en general tuvieran sus puertas abiertas los festivos por la tarde, e incluso hasta bien entrada la noche, especialmente en verano, al menos los fines de semana.


Porque la reflexión no es otra que: ¿Se ha parado a pensar a qué hora va la gente al cine? ¿Los días laborables por la mañana?¿Por las tardes?¿El fútbol se juega un miércoles al mediodía? El tiempo que dedicamos a la cultura es tiempo de ocio (por regla general, excepto los estudiantes y profesionales del ramo y los jubilados). Osea, los fines de semana y/o en horario nocturno/vespertinos. Por lo tanto, ¿para qué abren los museos en horario laboral y cierran los domingos por la tarde?¿Tiene sentido que abra una discoteca un día lectivo por la mañana mientras que los jóvenes universitarios van a clase? Pues se antoja que a los museos les pasa lo mismo. Muchas horas con las salas vacías y cerrados los domingos y/o por las noches de verano que es cuando se puede salir a la calle.Y nos conformamos con engordar las cifras de visitantes con las masivas excursiones escolares...

Nuestra propuesta es una apertura de los espacios culturales conforme a demanda, rentabilizando el horario sin tener que conllevar mayores costes ni esfuerzos. Incluso se podría abrir los lunes y martes por la mañana, aunque retrasando su horario de apertura. Es cuestión de organización y gestión. No hay mejor propuesta para un domingo por la tarde de invierno o una calurosa noche de verano para un turista (después de probar la "siesta"), que visitar nuestros museos. Al menos la oferta debe de existir. Y ayudaría, y mucho, a salir de la tan renombrada "crisis" ya que actuaría como motor turístico, ampliando la oferta y la del sector cultural.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Dos lienzos muy interesantes


En la sevillana localidad de Villamanrique de la Condesa, conocida por si intrincada devoción rociera (a la sazón es la primera hermandad filial de cuantas peregrinan a la aldea almonteña), existió un convento denominado de Santa María de Gracia, de la orden de San Francisco. Fue fundado por Dña. Blanca Enríquez en el año 1608. Constaba el templo de una sola nave que fue diseñada por el arquitecto Juan de Oviedo. Su sucesora, Dña. Beatriz de Zúñiga encargó a Juan de Oviedo, “el Mozo” la construcción de tres retablos (mayor y laterales).

Primeramente, la escultura y policromía de estos retablos iba a ser ejecutada por Juan Martínez Montañés, según contrato realizado el 20 de Agosto de 1616. Sin embargo, se anula dicho contrato firmando uno nuevo con Juan de Oviedo, con el plazo de un año para su ejecución, debiendo labrarlos en madera de borne y cedro, “con oro limpio fino” en la arquitectura, oro fino en la escultura. Tampoco lo lleva a cabo este escultor, sino que lo realiza definitivamente Diego López Bueno en el período entre 1616 a 1619 en el que se otorga el finiquito. En la fotografía que adjuntamos (del laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla) se observa la disposición original de dichos retablos en la iglesia conventual.



A propuesta del Sr. D. José Hernández Díaz, que realizó una visita al convento franciscano en Septiembre de 1959, se trasladaron los retablos y el resto de obras de arte a la parroquia de la localidad en Octubre del mismo año, ante el riesgo de desplome de la fábrica de la Iglesia y el continuo deterioro de las obras que en él se albergaban dado su lamentable estado de conservación.


En el ático de los retablos laterales -que tuvimos la ocasión de intervenir parcialmente en 2007- existen dos interesantes lienzos que, según la documentación existente, debieran de haber salido de la mano de Francisco Pacheco.  Sin embargo, la calidad artística de las obras supera en mucho a la mayoría de los lienzos ejecutados por Pacheco dándonos que pensar sobre quién es el verdadero autor de estas pinturas. 

Quizás el abandono del convento primero y su difícil visualización después (por estar en un ático de retablo) no ha permitido ser advertida convenientemente.

Los lienzos representan a Santo Domingo y San Francisco y la expresividad de sus rostros va más allá de la rigurosa pincelada del autor del "Arte de la Pintura".  Los fondos, apenas esbozados con una pincelada suelta y decidida, recortan la silueta de los santos dejando entrever la preparación rojiza. Quizás las manos estén algo menos elaboradas con respecto a los rostros, sin que por ello, pierdan interés alguno.



Muy interesante es la elaboración del crucifijo del santo de Asís que, a pesar de ser secundario en la composición del cuadro, se elabora con un claroscuro eficaz para determinar las formas que lo componen.
Los retablos ya habían sido intervenidos en otras ocasiones, especialmente el de San José, que presenta un redorado que nada tiene que ver con el de la Inmaculada, restaurado íntegramente a excepción de la imagen de la Virgen, también intervenida con anterioridad, no muy afortunadamente.
Sin embargo, estos dos lienzos, apenas habían sido tocados, por lo que el estado de conservación de la pintura es escepcional una vez de procedió a su limpieza, reentelado y reintegración cromática.