Lamentablemente, la Generalitat Valenciana, ha decidido no
seguir apoyando la labor cultural que el IVC+R (Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals ) ha estado ejerciendo en la Comunidad Valenciana.
Todo ello a pesar de que se diga en la misma página institucional de la entidad que “La salvaguarda del legado cultural de la Comunitat Valenciana es un objetivo prioritario de la Generalitat” .
La Generalitat Valenciana tiene previsto suprimir la Institución derogando hoy día 19 de Octubre su ley de creación.
En contra de esta decisión, se ha creado una plataforma para defender su mantenimiento recogiendo firmas dirigidas a la Consellería de
Turismo, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana en contra de la
supresión del IVC+R.
Las instituciones creadas bajo el amparo de la bonanza económica y la idea de autogestión de las comunidades autónomas están hoy más que nunca en peligro de extinción. Y más aún cuando se ven involucradas en ese intrincado laberinto que se ha venido a denominar de las "duplicidades" en la administración pública. Recordemos, que existe un Instituto de Patrimonio Cultural Español (IPCE) -dependiente del Ministerio de Cultura- dedicado a la conservación, restauración y difusión del patrimonio mientras que en las comunidades autónomas se repanten otros tantos con diferentes fórmulas u organización: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, el Centro de Conservación y Restauración de Castilla-La Mancha, el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, el Centre de Restauración de Béns Mobles de Catalunya, el Centro de Restauración de la Región de Murcia y el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. A ellos, hay que sumar las diferentes Facultades de Bellas Artes y Escuelas -ya en extinción- de Conservación y Restauración repartidas por toda la geografía española, así como otros organismos intermedios que también realizan actividades parecidas.
Las instituciones creadas bajo el amparo de la bonanza económica y la idea de autogestión de las comunidades autónomas están hoy más que nunca en peligro de extinción. Y más aún cuando se ven involucradas en ese intrincado laberinto que se ha venido a denominar de las "duplicidades" en la administración pública. Recordemos, que existe un Instituto de Patrimonio Cultural Español (IPCE) -dependiente del Ministerio de Cultura- dedicado a la conservación, restauración y difusión del patrimonio mientras que en las comunidades autónomas se repanten otros tantos con diferentes fórmulas u organización: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, el Centro de Conservación y Restauración de Castilla-La Mancha, el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, el Centre de Restauración de Béns Mobles de Catalunya, el Centro de Restauración de la Región de Murcia y el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. A ellos, hay que sumar las diferentes Facultades de Bellas Artes y Escuelas -ya en extinción- de Conservación y Restauración repartidas por toda la geografía española, así como otros organismos intermedios que también realizan actividades parecidas.
De entre todos, destacan precisamente el Instituto Valenciano y el Andaluz, con un gran prestigio en sus actuaciones y cursos de formación. Son instituciones que han ido a la vanguardia en este campo y que ahora están verdaderamente heridos de muerte, ante la incapacidad de financiación de la administración autonómica (una del PSOE y otra del PP, lo cual demuestra que no es una cuestión de ideología sino de gestión).
Si bien cada uno de estos organismos han trabajado mucho y bien en sus respectivos territorios a favor de la salvaguarda del patrimonio cultural, se hace imprescindible -a tenor de la situación actual- evaluar su sostenibilidad y optimizar los recursos disponibles ya que su financiación y mantenimiento es, a día de hoy, imposible.
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