Durante las vísperas de Semana Santa, la preocupación por la inestabilidad meteorológica se hace conversación recurrente entre los cofrades. El miedo a tener una estación de penitencia pasada por agua no lo niega nadie. En nuestro blog de gestionarte, lo primero que deseamos es que la próxima Semana Santa luzca en todo su esplendor, pero si no es así, aquí van algunos consejos para la mejor conservación de nuestro patrimonio:
En primer lugar, hay que advertir, que existen daños mucho más irreversibles e irresponsables en la manipulación y almacenaje de los pasos y enseres durante el año que por la incidencia de unas cuantas gotitas de agua. Por ejemplo, los cambios de temperatura en un almacén cubierto con un techo de "chapa" o "uralita", un inmueble con gran humedad o sin ventilación, generan un deterioro lento pero a medio plazo irreversible que bien merecería la pena corregir. Lo mismo ocurre con nuestras imágenes titulares: Cuidado con los camarines "cerrados a cal y canto" sin ventilación alguna. El exceso de humedad es uno de los grandes males frente a la conservación.
Ese exceso de humedad es al que se le teme y que puede generarse por una lluvia inesperada la tarde-noche de la procesión. Para controlarlo, es imprescindible eliminar aquellos elementos que puedan favorecer la acumulación de agua alrededor de la imagen en el paso: esponjas y flores, túnicas, guardabrisas que hayan acumulado agua (primero eliminar el agua interior porque si cae el agua en el candelabro no hemos hecho más que provocar otro daño), petalos arrojados al paso, sudarios (en el caso de las imágenes del descendimiento, por ejemplo...). Si ha sido notable la lluvia, incluso los faldones (¡si el paso no es dorado, puesto que obligaría a quitar los respiraderos!). Si se han colocado plásticos, hay que retirar con cuidado de que el agua no caiga sobre el paso y para evitar acumulación de humedad debajo del mismo (los plásticos son útiles si lo que se va a tapar está seco, si está ya mojado, lo mejor es refugiarse cuanto antes en un templo cercano o regresar a casa).
En segundo lugar, la iglesia o capilla en los días siguientes debe de facilitar la ventilación o aireación de esos enseres que se han mojado, puesto que la mejor manera de secarlos es de una forma natural. No es aconsejable acelerar los procesos de secado con pistolas de calor directo sobre las imágenes, pasos... puesto que provocan un "estrés" sobre los materiales por encima de lo acostumbrado. La orfebrería si lo permite y el bordado siempre que se haga con cautela y precaución.
Por todos es conocido, que el dorado de los pasos como mejor se conserva es no tocándolo, puesto que se elimina por rozamiento. Sin embargo, es importante verificar que no existen bolsas de agua que pudieran ablandar los estucos durante varios días. Para ello, sin tocar el oro por medio de un papel secante, se puede retirar el agua por impregnación del mismo, sin necesidad de rozar el paso o la imagen. Nunca frotar, tamponar o depositar trapos sobre los pasos.
Realizadas las tareas de urgencia y en los días posteriores, es más que aconsejable llamar a un profesional del sector afectado (restauradores para las imágenes y pasos, doradores, orfebres, bordadores...) para evalúe los daños y realice un seguimiento en los meses siguientes hasta verificar la estabilidad de la obra.
Todos estos apuntes se resumen en uno, el más importante, que debe de prevalecer sobre los demás: Hay que controlar los nervios. No se debe de hacer nada con la iglesia llena de gente, sin definir previamente qué y cómo se va a hacer (para ello es mejor consultar que lamentar), es mejor esperar unas horas al vestidor de la imagen o al restaurador antes de que un voluntario se suba al paso y comience la labor en medio de la vorágine propia de estos momentos,etc. Templar los ánimos y hacerlo todo con mucha tranquilidad y cautela es la mejor intervención de conservación que se puede hacer.
yo creo que todo esos comentarios se saben no?
ResponderEliminarA mucha gente (seguramente como le ha pasado a usted) estos consejos les resultarán más que conocidos. Sin embargo, nunca está de más recordarlos, incluso porque puede que a otras personas no les resulte tan obvio.
EliminarCon esto pasa como con la seguridad vial: no por repetirlo más resulta innecesario, al contrario, todos nos conocemos las normas y sigue habiendo accidentes. Pues igual.
De todas formas, esperemos que no le haga falta a nadie aplicarlas. Le deseo una buena Semana Santa.
Muy buen articulo Benjamin. Todas las hermandades deberían tomar nota de tus consejos en caso de lluvia inerperada y no deseada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Javier Parody
Muchas gracias Javier.
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