Un vecino de Priego de Córdoba de 21 años de edad ha sido condenado a ocho meses de prisión y deberá indemnizar con 12.600 euros a la Real y Antigua Hermandad del Cristo de la Expiración y de María Santísima de los Desamparados por los daños causados en el estandarte del siglo XVII propiedad de la cofradía que cogió para restaurarlo sin tener conocimientos suficientes ni autorización alguna, dejándolo en pésimas condiciones. La pieza en cuestión es un estandarte de reconocido valor histórico y artístico, tasado pericialmente en 12.600 euros.
En la sentencia, se recogen como hechos probados que el acusado, A.CH.C., en la mañana del 18 de octubre de 2013, entró en la iglesia de la Asunción de Priego (a través de una entrada como turista, que aparece recogida como prueba en la causa) y sin intención de apropiárselo para sí, y sólo con ánimo de proceder a una restauración se hizo con el dictado estandarte de la Hermandad de la Caridad. El acusado ni tenía autorización para ello, ni los conocimientos técnicos ni artísticos necesarios. Se trata, como recoge el escrito condenatorio, de un delito contra el patrimonio histórico que puede ser castigado, según el Código Penal hasta con tres años de prisión y dos años de multa. En este caso, el Juzgado de lo Penal número 4 de Córdoba dictó esta sentencia en conformidad con el acusado, que finalmente ha aceptado la reducción en un tercio de la pena máxima aplicable y que ha quedado en ocho meses de prisión y una multa de 1.800 euros, además de la indemnización de 12.600 euros en concepto de responsabilidad civil por sacar del templo un estandarte de la hermandad del siglo XVII.
Si atendemos con atención a lo sucedido, hay dos cuestiones bien distintas pero que convergen en el hecho acaecido: por un lado, la custodia de los bienes eclesiásticos y, por otra, el intrusismo profesional. ¿Cómo pudo sacar el estandarte del templo sin impedimento? Si era conocido de la cofradía ¿porqué tuvo que acceder por medio de una entrada turística? ¿No estaba bajo llave?¿No había ninguna persona responsable en ese momento en el edificio? Está claro que la buena voluntad de la que se nutren las cofradías y la Iglesia en general, a veces debe de ser tutelada con un poco -sólo un poco- más de control ya que la ignorancia es muy osada y la buena intención, muchas veces, lleva a casos catastróficos, como el que comentamos.
Con respecto al intrusismo profesional, no es la primera vez que ocurre y desgraciadamente es una práctica habitual que se da con más frecuencia en localidades alejadas de los centros universitarios o de referencia patrimonial (en Andalucía existen facultades de Bellas Artes con especialización en conservación y restauración en Granada y Sevilla, donde también tiene su sede el IAPH). La solución pasa por mayor formación -para profesionales, pero también para los sacristanes, juntas de gobierno, voluntariado...) y mejor control de las intervenciones por parte de la autoridad eclesiástica y la administración pública, según los casos. Es cierto que cada vez hay mayor conciencia y conocimiento, pero que estamos todavía a mitad de camino lo confirma la sentencia que ha dictado el juzgado cordobés.
Facultad de Bellas Artes. Universidad de Sevilla. Sede c/ Gonzalo Bilbao donde se imparte el Grado en Conservación-Restauración |
Facultad de Bellas Artes de Granada |
Fuente: ABC
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