Se
trata de una interesante pareja de lienzos que representan a Ignacio de
Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, y a San Francisco Javier,
uno de sus más estrechos colaboradores y miembro del grupo fundador en
los inicios de la institución jesuítica. No en vano, proceden de una de
las residencias de dicha institución religiosa, en Granada, para la cual
hemos redactado un informe técnico exhaustivo sobre el estado de
conservación de su extensa colección pictórica y escultórica.
Aunque
están expuestos y enmarcados como si de una pareja efectivamente se
tratase, en realidad son dos lienzos de autor, cronología y técnica
distintas, si bien su conjunción -no sólo estilística sino también
iconográfica- hace bien al tratarlos como tal.
Ambas
obras presentan un estado de conservación bastante deficiente, con una
película de barniz bastante alterado y, en el caso del lienzo de Javier,
cubierta por una gran multitud de repintes, especialmente localizados
en el perímetro del lienzo. Tal y como se desprende de la observación y
estudio directo de la obra, esta pintura ya tuvo una intervención
restauradora que, además de la reconstrucción cromática, consistió en
realizarle un reentelado (por cierto, una intervención bastante alejada
ya en el tiempo a tenor de la tela utilizada) montándolo en su
correspondiente nuevo bastidor. Desgraciadamente, esta actuación no se
llevó a cabo de una manera del todo correcta ya que alteró la
profundidad y el grosor de la pincelada y generó que se marcase sobre la
pintura la tela que le sirve de soporte.De ahí el aspecto que presenta
en algunas zonas (especialmente en los blancos) a modo de retícula.
El
lienzo de San Ignacio no está tan intervenido como el anterior. Sólo
posee algunos parches en la parte posterior, siendo su patología
principal la total disgregación de la fina capa de preparación y
película de color (en este caso localizado principalmente en los colores
oscuros) y la modificación del tamaño del lienzo para "centrar" la
composición, ya que en origen, la visión del lienzo era 8 cm mayor por
el lado derecho, permitiendo que el libro que porta el santo en su mano
izquierda quedase totalmente incluido en el cuadro, cosa que actualmente
no lo hace.
La
actuación, que comprenderá los habituales procesos de estudios previos,
tratamiento del soporte, limpieza, reintegración volumétrica y
cromática y barnizado, además de la total restauración de los marcos,
está previsto que se lleve a cabo durante el primer semestre de 2012.
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